Nueva York, Estados Unidos. Las detenidas embarazadas en las prisiones del estado de Nueva York ya no serán encadenadas cuando deban salir de sus celdas, anunció el gobernador Andrew Cuomo.

Cuomo firmó una ley que prohíbe además que se les coloquen esposas en manos y pies atadas a la cintura para sus desplazamientos (visitas médicas, traslados de un cárcel a otra) durante ocho semanas después de dar a luz, indicó el miércoles la oficina del gobernador.



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«Estas reformas de sentido común encuentran un justo equilibrio que protege la salud y la dignidad de un detenida embarazada, respondiendo al mismo tiempo a las preocupaciones de la seguridad pública», señaló Cuomo en un comunicado.



La nueva ley, que concierne las prisiones del estado y locales, prohíbe también al personal carcelario estar presente en la sala de parto, salvo si el equipo médico o la mujer embarazada lo piden.

Desde 2009, la ley en el estado de Nueva York ya prohibía encadenar una detenida a punto de dar a luz, durante el nacimiento y justo después.

El hecho de encadenar a una mujer embarazada ha sido juzgado «peligroso desde el punto de vista médico» y «cruel» por la asociación médica estadounidense.

Pero su práctica sigue siendo común y más de la mitad de los 50 estados del país no tienen ninguna ley que limite su uso.