Las redadas migratorias realizadas en Estados Unidos en el primer fin de semana de enero, con el arresto para deportación de 121 centroamericanos, dejaron al presidente Barack Obama expuesto a la ira de aliados y la burla de sus opositores, en un delicado año electoral.

Con el país sumergido en una campaña presidencial en que la cuestión migratoria se tornó un asunto sensible, las redadas realizadas por el Servicio de Inmigración (ICE) en diversos estados provocó reacciones de todos lados con la crítica al gobierno como único elemento en común.



Presidente Obama

Aunque el Departamento de Seguridad Interior (DHS, en inglés) ha destacado que una normativa adoptada por Obama en 2014 estableció como prioridad la deportación de personas que ya recibieron orden judicial de expulsión, la coincidencia de los anuncios con las fiestas navideñas solo exasperó los ánimos.



El aspirante presidencial Bernie Sanders, senador por el Partido demócrata, mandó una carta personal a Obama donde le expresó su «extrema decepción» ante las operaciones que resultaron en detención de adultos y niños, alegando que «las redadas no son la solución».

En su carta, Sanders le dijo a Obama que es «perturbador» saber que «de acuerdo con reportes 83 inmigrantes centroamericanos a quienes recientemente se les negó el asilo fueron asesinados apenas meses después de retornar» a sus países.

Otro aspirante presidencial demócrata, Martin O’Malley, dijo en un acto de campaña que los inmigrantes centroamericanos deberían beneficiarse de un Estatus de Protección Temporal (TPS, en inglés), en vez de ser arrestados y deportados.

El presidente de bloque demócrata en el Senado, Harry Reid, dijo a la prensa que contactó al Departamento de Seguridad Interna para pedir que «retrocedan hasta que podamos encontrar una forma mejor de hacer esto».

Críticas al «Deportador en Jefe»

Entidades de defensa y protección a los inmigrantes, que ya calificaron a Obama de «Deportador en Jefe», reaccionaron con igual dureza ante las nuevas redadas.

Para Cristóbal Alex, presidente de la entidad Latino Victory, es «indignante» que las autoridades estadounidenses «estén llevando a cabo redadas para deportar familias de refugiados que buscan asilo de la violencia y la persecución».

En opinión de Alex, «la deportación de madres y niños es repugnante e inescrupulosa, y como decisión política no tiene sentido».

Victor Nieblas, presidente de la Asociación Estadounidense de Abogados de cuestiones Migratorias, y Benjamin Johnson, director del Consejo Estadounidense de Inmigración (AIC), enviaron una dura carta al Secretario de Seguridad Interna, Jeh Johnson, cuestionando legalmente las redadas.

«No vemos justificación», escribieron, al «uso de tácticas agresivas ante una población vulnerable, que pueden mandar familias enteras a condiciones de riesgo para la vida en sus países de origen».

El AIC movilizó un equipo de abogados que actúan pro bono y lograron detener la deportación de cuatro familias que habían sido detenidas y separadas para deportación en las redadas del pasado fin de semana.

«¡Ya era hora!»

Pero si las redadas tenían por meta bajar el decibel de la retórica antimigratoria en la campaña electoral, en especial de los aspirantes presidenciales del Partido republicano, todo indica que no lo conseguirán, al menos por ahora.

El polémico aspirante Donald Trump, que en la campaña electoral defiende la expulsión de alrededor de 11 millones de inmigrantes ilegales, expresó en la red Twitter que el gobierno había decidido organizar las redadas «a raíz de la presión puesta por mí».

«¡Ya era hora!», añadió Trump en su mensaje, lo que dio luz verde a que otros aspirantes del campo republicano salten al ruedo a presentarse como defensores de una posición todavía más dura.

En un acto de campaña, el aspirante republicano Ted Cruz criticó ásperamente la política migratoria de Obama y dejó claro que su propio plan es todavía más radical que el de Trump, porque en caso que resulte electo no permitirá que inmigrantes una vez expulsados puedan regresar, ni siquiera legalmente.

Ante una pregunta formulada por una inmigrante latinoamericana que no lograba contener las lágrimas, Cruz le respondió que «en caso de que yo sea electo presidente, mi trabajo será deportarte».

Ya Obama era criticado por los republicanos por su manejo de la oleada clandestina de niños centroamericanos en 2013 y por su decisión de decretar en noviembre de 2014 medidas más favorables para los inmigrantes.

En la víspera de la Navidad, el gobierno informó que entre octubre de 2014 y septiembre de 2015 ICE (conocida como la «Migra») «removió o retornó 235.413 individuos», lo que equivale a un promedio de más de 1.200 personas por día.

El lunes, Johnson aseguró en una nota oficial que «desde el verano de 2014 hemos removido y repatriado inmigrantes de Centroamérica a un ritmo acelerado, en un promedio de 14 vuelos a la semana. La mayoría de las personas devueltas han sido adultos solos».