Una imagen vale más que mil palabras. También para bajar de peso. Esto es lo que ha constatado Isaac Elías Kuzmar Daza, investigador de la Universidad de Alicante en España, tras realizar un programa médico nutricional para reducción de peso donde incluía la variable imagen, mediante la toma de fotografías del cuerpo del paciente cada semana.
Los resultados finales concluyen que el 90% completó el estudio, y tuvieron éxito el 71,3%, fracasando el 28,7%. Además, el 83,7% perdió cintura. Kuzmar afirma que los pacientes responden mejor a la dieta si se tiene en cuenta la variable de la imagen.
Los datos recogidos por este investigador corresponden a la consulta de una clínica de nutrición en Barranquilla (Colombia). Kuzmar ha sido dirigido en su tesis doctoral por Mª Mercedes Rizo Baeza, profesora de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Alicante, y Ernesto Cortés-Castell, profesor del departamento de Farmacología, Pediatría y Química orgánica de la Universidad Miguel Hernández.
Cada semana se hicieron fotos de los pacientes. “Utilizamos la variable de la imagen. La motivación más alta se logró así, consiguiendo que bajaran de peso los pacientes en mayor medida por la inclusión de la variable imagen”, declara Mercedes Rizo.
Otro de los factores determinantes que influyó, de forma positiva, a la hora de perder peso, fue la pérdida de cintura. La directora de tesis afirma que el 83,7% perdió cintura. “Esto se debió a la imagen. Cuando tú te ves de frente y perfil y ves que mejora… esto es muy gratificante, tanto para la salud como para la imagen”.
La primera vez que los pacientes acudían a consulta, el investigador tomaba unas fotos de ellos. Según iban mejorando con la dieta, y con asistencia de un teléfono al que podían llamar para atención, el paciente (la mayoría mujeres) “cuando veía la foto, cómo mejoraba esa imagen, es cuando más se motivaban a adelgazar, no se cansaban, bajaban de peso. El que está ahí quiere una foto, no tanto las cifras”, explica Rizo Baeza.
La novedad que aportó Kuzmar, que tiene publicados varios artículos científicos relacionados con este estudio, es constatar que a las consultas de Nutrición las personas venían más por la imagen que por padecer una patología de base que tuvieran que mejorar, como puede ser riesgo cardiovascular, colesterol, etc.
El estudio se centró en personas de edades comprendidas entre los 16 y los 72 años, localizados en Barranquilla, región del Caribe, que tiene una población de 3.000.000 de habitantes. La muestra total estaba formada por 271 pacientes, de los que 233 eran mujeres y 38 eran hombres, en dos grupos.
La ecuación cintura-cadera
Durante dieciséis semanas consecutivas los pacientes pasaron consulta. El médico llevó a cabo un programa médico nutricional, que incluye historia clínica informatizada y completa, dietas personalizadas hipocalóricas, con selección de aquellos alimentos que son de preferencia para el paciente. Las medidas utilizadas han sido las convencionales de índice de masa corporal (IMC), más la ecuación cintura-cadera.
Esta última se revela como variable importantísima “porque hoy en día el IMC se nos queda corto”, explica Rizo. El índice de cintura y cadera es fundamental hoy en día e indica la posibilidad de poder desarrollar obesidad. A la historia médica del individuo, que incluye conocer su parte alimentaria y el ejercicio que hace, se añadía la foto del paciente. Estas dieciséis semanas de dieta se apoyan con metodologías TICs (técnicas de informática computerizadas).
Mientras el 50% de los pacientes hacía la entrevista por teléfono, usaban estas TICs, se pesaban ellos mismos, contaban qué habían comido, qué ejercicio habían hecho y se hacían una foto que mandaban al investigador; en contraposición se situaba el grupo de pacientes presenciales, que acudió a consulta ocho semanas, y de forma salteada durante el tratamiento. El resultado es que el paciente pierde peso igual, logrando los mismos resultados en ambos grupos, el presencial y el no presencial.
“Existe fracaso muy grande en tratamientos dietéticos. Con este 50% de pacientes atendidos de forma no presencial hemos demostrado que no hace falta acudir todas las semanas a consulta”, dice Mercedes Rizo. Otra de las conclusiones que llegó el estudio es que existe un sesgo de la imagen en las mujeres. Los hombres van más por enfermedad.
Fuente: Agenciasinc.es