París, Francia. El cuarto paciente al que fue implantado un corazón artificial de la firma francesa Carmat, falleció por complicaciones médicas, ligadas a su estado crítico antes y después de la operación, pero la prótesis no está relacionada con su deceso, anunció Carmat la noche del miércoles al jueves.

«Hemos realizado una implantación en un paciente en fase terminal de insuficiencia cardíaca. La implantación transcurrió convenientemente y la prótesis fue satisfactoria a lo largo de su funcionamiento. El paciente falleció por complicaciones médicas no relacionadas con la prótesis», indicó el profesor Pascal Leprince, jefe del servicio del Instituto de Cardiología del hospital de la Pitié-Salpétrière de París, en un comunicado de la empresa.



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El paciente, de 58 años, aquejado insuficiencia biventricular severa, fue operado el 22 de diciembre por el equipo del Hospital Universitario de La Pitié Salpêtrière. La fecha del deceso no se precisó.



El primer paciente trasplantado en diciembre de 2013 con el corazón bioprotésico de Carmat murió a los 74 días de la operación realizada en París, a los 76 años; el segundo, de 69 años, falleció el pasado mayo nueve meses después de la intervención.

Estas dos primeras muertes fueron causadas por un fallo técnico de la prótesis.

El tercer paciente al que le implantaron un corazón artificial Carmat murió de forma súbita el pasado 18 de diciembre, sin que la prótesis estuviera implicada en el deceso, según el fabricante francés.

El hombre, de 74 años, había regresado a su domicilio cerca de Estrasburgo (este de Francia) a finales de agosto, tras recibir el trasplante el 8 de abril en la capital alsaciana, en el marco de un estudio de viabilidad del dispositivo.

El corazón Carmat lleva un revestimiento interior de biomateriales extraídos de tejidos de bovinos para evitar que se formen coágulos.