Donald Trump culpó este viernes al mexicano Carlos Slim de una campaña para torpedear su campaña a la Casa Blanca, luego que el New York Times, del que el magnate de telecomunicaciones es accionista, reportara acusaciones de acoso sexual contra el aspirante republicano.

Trump



«El principal accionista del (New York) Times es Carlos Slim, y como saben Carlos Slim viene de México. Él ha dado millones de dólares a los Clinton», dijo Trump en un mitin en Carolina del Norte (sureste).

«Vamos a dejar que corporaciones extranjeras y sus presidentes decidan el resultado (de la elección). No puedes hacer eso. No podemos dejar que esto pase», señaló.



El miércoles, el New York Times publicó relatos de dos mujeres que acusaron a Trump de manosearlas y besarlas, años atrás. Otras mujeres han hecho alegatos similares, incluyendo dos este viernes.

Carlos Slim

La campaña del aspirante republicano, que va detrás de la demócrata Hillary Clinton en las encuestas a menos de cuatro semanas de las presidenciales, rechaza las acusaciones y alega que son pura difamación orquestada en tiendas rivales.

«Estoy siendo atacado brutalmente con mentiras y calumnias», dijo Trump ante sus seguidores en Carolina del Norte.

«No tengo ni idea quienes son estas personas», añadió, tachando las acusaciones como «mentiras presentadas por los medios y la campaña de Clinton».

Su compañero de fórmula, Mike Pence, prometió la presentación este viernes de evidencias para desafiar las acusaciones, surgidas luego de la divulgación de un video que muestra al millonario jactándose de agarrar a mujeres por los genitales.

Slim, segundo hombre más rico del mundo, según la revista Forbes, dijo no conocer a Trump y descartó tener interés en su vida privada, según un portavoz.

«Sólo te puedo decir que el ing. Slim (ingeniero Slim) no lo conoce ni de vista y que no le interesa en lo más mínimo su vida personal», señaló en México su yerno Arturo Elías.

En 2015, Slim duplicó su participación de 8% a 17% en la compañía New York Times, por lo que se convirtió en el primer accionista individual del grupo de prensa, fuera de la familia estadounidense Sulzberger que lo controla.