Si para los países occidentales la responsabilidad del presidente sirio en el «ataque químico» no da lugar a dudas, los expertos han manifestado sus dudas sobre las razones que le habrían llevado a cometer un acto así cuando todo le sonríe en el frente.

El viernes, 59 misiles de crucero «Tomahawk» fueron disparados por dos navíos estadounidenses desde el Mediterráneo hacia la base aérea de Al Shayrat (centro).



En un solemne discurso en televisión, el presidente estadounidense, Donald Trump, explicó que Damasco estaba «directamente vinculado» a los hechos «horribles» del martes en Jan Sheijun, donde al menos 86 personas, incluidos 27 niños, murieron en un bombardeo aéreo.

Las imágenes de las víctimas agonizantes, cuyos síntomas eran similares a los constatados en víctimas de ataques químicos según médicos sobre el terreno, conmocionaron al mundo.



Para el experto Salman Shaij, que dirige un grupo de consultoría que lleva su nombre, la responsabilidad de Bashar Al Asad es cierta «pues no se trata de un acto aislado, el régimen ya ha cometido (ataques químicos) en varias ocasiones».

Si bien según sus informaciones, «altos responsables militares del régimen como Maher Al Asad o Ryad Majluf dijeron aterrorizados a quien quisiera escucharlos que no sabían nada de este ataque, nosotros sabemos que las veces anteriores (el régimen) se habían multiplicado los ensayos para ver si (los occidentales) iban a reaccionar», explicó a la AFP.

Desde que comenzó el conflicto hace seis años, los países occidentales han solicitado repetidas veces sanciones contra Damasco, en vano por el veto de Rusia, pero nunca habían atacado, ni siquiera después del ataque químico de la periferia de Damasco que causó la muerte de varios cientos de personas en verano de 2013.

– Motivos ‘poco claros’ –

«Lo que está menos claro son los motivos estratégicos detrás del ataque con armas químicas atribuido al régimen de Asad, pues ha abierto la vía a intervenciones ulteriores que pueden reducir la capacidad militar de Siria», planteó Reed Foster, analista militar del instituto Jane’s.

Para el director de investigación del Royal United Service Institute (RUSI), el profesor Malcolm Chalmers, la estrategia del régimen «busca sobretodo desmoralizar a la población civil de los territorios que no controla. Es una táctica que (el régimen) ha utilizado en muchas ocasiones (…) pues todavía cree que puede controlar la mayoría de Siria».

Otra hipótesis podría ser una operación dirigida por el aparato militar sirio sin el aval de Bashar Al Asad.

«Creo que fueron los ultras de Damasco quienes habrían tomado la decisión para vengarse de los rusos, que negocian a espaldas de Siria. La cuestión es saber si el propio Asad estaba al tanto», apuntó por su parte el experto en Siria del Washington Institute, Fabrice Balanche.

«Si los rusos y el régimen permanecen tranquilos, no habrá ninguna escalada tras el bombardeo del viernes. El objetivo es castigar los excesos del régimen y no ir a la confrontación. Putin ha entendido el mensaje. Él también está furioso contra Al Asad pero está obligado a apoyarle», sostuvo Balanche.

– Los sospechosos –

Otros sospechosos serían los iraníes, que «ven con malos ojos que los rusos acaparen todo el espacio en Siria», agregó el experto. «No se debe excluir a Irán pues ese país no quiere ver un acercamiento entre Estados Unidos y Siria», dijo también un investigador libanés que pidió el anonimato, pues trabaja en Siria.

El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, declaró durante una visita a Turquía a finales de marzo que el destino del presidente Al Asad debería decidirlo «el pueblo sirio». «Uno tiene que elegir sus batallas», afirmó por su parte la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, juzgando que la prioridad de Washington ya no estaba centrada en la salida de Bashar Al Asad.

Para Waddah Abded Rabbo, director del diario Al Watan, próximo al poder de Damasco, «el régimen no tenía ningún interés en provocar un ataque químico, sobretodo después de que Asad hubiera obtenido lo que esperaba desde hacía seis años: el reconocimiento y la legitimidad por parte de Estados Unidos».

«¿Por qué habría arruinado esta oportunidad lanzando un ataque químico en una localidad que no tiene ninguna importancia estratégica o militar», agregó.

Para él, son «probablemente los turcos quienes llevaron a cabo esta operación, pues el acercamiento entre el gobierno sirio y Washington les parece inaceptable».

«Toda esta operación los vuelve a poner en escena y los acerca de nuevo a los estadounidenses, con la esperanza de que Washington cambie de opinión sobre Al Asad», consideró.