Santo Domingo. Gobernar un país no es cosa sencilla, pero si usted asume la responsabilidad debe cumplirla.



En menos de dos semanas hemos visto luego de implementarse toda clase de operativos militares que esto no ha rendido ningún fruto, ya que en el mismo centro de la ciudad de Santo Domingo han ocurrido asaltos ante la mirada indiferente de las autoridades que ni bien habían aplicado las medidas cautelares, cuando ya estaba indicando a la prensa que eran exitosos.

No se trata de combatir la delincuencia con titulares, se trata de hacerlo con hechos, porque no es una campaña mediática, es que en las calles están asaltando escuelas, centros de diversión, bancos, oficinas, hospitales, farmacias, talleres, nadie está seguro.



Lo peor de toda esta situación es que ni al mismo presidente de la República no parece importarle este tema, ya que hace más de dos años fue asesinada una teniente que escoltaba una de sus hijas durante un asalto que ocurrió en el sector de El Tamarindo, no obstante a eso en junio de 2016, cuatro hombres armados amordazaron y asaltaron a los propietarios de una casa, próximo al edificio de apartamentos donde reside el presidente de la República, Danilo Medina, a esto se suma lo ocurrido esta semana en el restaurante Meats & More que está localizado a escaso pasos de la residencia del mandatario, donde fueron atracadas varias personas que se encontraban cenando en ese lugar.

Sin olvidar el atraco la noche del lunes a la sucursal de Kentucky Fried Chicken (KFC) de la avenida Rómulo Betancourt esquina Dr. Defilló, desde allí se robaron 197mil pesos en efectivo en otro asalto.

El último suceso ocurrió en la misma Tiradentes, donde cuatro  empleadas del Súper Fresh fueron despojadas de sus monederos y celulares.

Todos estos asaltos ocurrieron en zonas donde hay mayor vigilancia de la Policía Nacional.

Estamos quizás frente a las autoridades más flojas, incapaces e ineptas que ha tenido esta sociedad ya que no les importa absolutamente nada, tomando medidas que no garantizan la seguridad a la población que quiere vivir la vida que siempre habíamos tenido, porque no somos Venezuela, ni México, Guatemala u Honduras por mencionar algunos casos.

Si no pueden que renuncien, pero es que para renunciar se debe tener por lo menos un poco de dignidad y eso es lo que menos tienen los que en este momento dicen gobernar.