La Autoridad de Información Financiera de la Santa Sede (AIF), organismo encargado de vigilar la transparencia económica, anunció este martes que pidió la apertura de 22 investigaciones por irregularidades cometidas en el año 2016 a través del Vaticano.

El presidente de la AIF, René Brülhart, explicó a la prensa que el sistema de vigilancia de las actividades financieras de la Santa Sede es cada vez más efectivo y que los casos quedarán a cargo de la Fiscalía.



El banquero suizo, nombrado en 2012 bajo el pontificado de Benedicto XVI, presentó este martes el informe anual de la entidad.



Pese a ser un sistema relativamente joven, se registró «un aumento significativo de la cooperación bilateral», gracias al intercambio de información con las autoridades financieras de otros países.

En 2016, unas 721 solicitudes de información fueron enviadas por la autoridad vaticana, mientras que las autoridades extranjeras la pidieron a la policía del Vaticano 116 veces.

El año pasado, el número de «informes» presentados por transacciones sospechosas se redujo a 207 en comparación con el año anterior, en que fueron 544, lo que demuestra que el sistema gradualmente «es más eficaz», explicó Tommaso Di Ruzza, director del organismo.

Los informes atañen cuentas del Instituto de Obras Religiosas (IOR, «el banco del papa»), ubicado en una torre medieval en la Ciudad del Vaticano, y parte de ellos van a terminar en manos del fiscal del Vaticano para mayores controles.

En el marco de la lucha contra el blanqueo de dinero, el Vaticano suspendió en 2016 más de dos millones de transacciones y operaciones de dudosa procedencia. Y más de 1,5 millones en cuentas y fondos fueron congelados el año pasado.

La gran limpieza del banco del Vaticano, involucrado en varios escándalos en el pasado por nexos con la mafia y blanqueo de dinero, se completó a finales de 2015, con el cierre de cerca de 5.000 cuentas del IOR.

Los estatutos del banco, que no han sido cambiados, todavía autorizan a abrir una cuenta por haber recibido una donación. El banco quiere concentrarse en prestar servicios a las congregaciones religiosas y a los empleados del Vaticano.

En 2016, el Vaticano firmó varios acuerdos para una mayor transparencia fiscal que exigen el respeto de las reglas internacionales de intercambio de información financiera. Entre los países con los que firmó el acuerdo figuran Albania, Austria, Brasil, Canadá, Italia, Panamá, Polonia y Rusia. Entre 2011 y 2016, el Vaticano ha firmado 32 tratados sobre este asunto.