Llega la noche, y al momento de acostarse, la necesidad de mover las piernas se hace irresistible ante una sensación de incomodidad y adormecimiento que impide conciliar el sueño y, por lo tanto, conseguir un descanso reparador. La neuróloga de Clínica Dávila, Dra. Evelyn Benavides, explica qué es el Síndrome de Piernas Inquietas y qué consejos seguir para quienes lo padecen.



Sensación de hormigueo, adormecimiento y, para intentar aliviarlo, ganas incontrolables de moverlas, caracterizan al Síndrome de Piernas Inquietas. Benavides explica qué es este síndrome: “Es una enfermedad, un trastorno neurológico que produce una sensación de mucha incomodidad en quienes la padecen, al punto que les produce serios trastornos del sueño, porque no pueden dormir con tranquilidad”.

Como explica la especialista, cualquier persona puede tener esta enfermedad, sin embargo, el riesgo de presentarla aumenta pasados los 50 años. Agrega que existen causas relacionadas a la falta de vitamina b12, al hipotiroidismo, alteraciones renales, de la saturación del fierro y también se puede presentar durante el embarazo y asociado a la enfermedad de Parkinson.



Si bien se presenta con más frecuencia en las piernas, este síndrome también puede sentirse en los brazos. La necesidad de mover las extremidades ante esta sensación de molestia, que se da predominantemente en las tardes, cede en forma total o parcial con el movimiento o el contacto con algo frío.

La Dra. Benavides explica que en quienes lo sufren, puede afectar su calidad de vida principalmente ante la imposibilidad de obtener un descanso reparador. “Se produce un fraccionamiento del sueño y a veces una dificultad para conciliarlo, lo cual hace que al día siguiente haya un rendimiento más deficiente, somnolencia, dificultades para concentrarse y otros problemas anímicos asociados”, explica la especialista de Clínica Dávila.

Buscando soluciones

Si bien el Síndrome de Piernas Inquietas no tiene cura definitiva y afecta más comúnmente a personas mayores, es en los jóvenes que lo manifiestan en quienes debe prestarse especial atención a su origen, porque es en ellos donde puede manifestarse secundario a otra causa.

“En los menores de 50 años se encuentran con más frecuencia causas asociadas o que lo empeoran, por lo tanto hay que ser riguroso en realizar exámenes de tiroides, déficit de vitamina B12, fierro y alteraciones renales, ya que puede ser el síntoma de otra enfermedad que lo produzca” explica Benavides.

Con respecto al tratamiento, la neuróloga señala que es importante consultar a un especialista cuando estos síntomas se presentan, porque un correcto diagnóstico puede ser de gran ayuda. “Dentro de los tratamientos se puede utilizar fármacos agonistas de los receptores del neurotransmisor dopamina, así como benzodiacepinas”, agrega.

Asimismo, la Dra. Benavides aconseja medidas como evitar el calor y no hacer ejercicio extenuante e intenso en la noche, así como restringir el consumo de cafeína, sobre todo en las horas previas a irse a dormir, del consumo de alcohol y el tabaco, que pueden empeorar los síntomas.

Fuente: BioBioChile.cl