El Parlamento japonés adoptó este viernes una serie de enmiendas para endurecer una ley sobre delitos sexuales, que apenas había cambiado desde su entrada en vigor en 1907.
El nuevo texto, votado en el Senado justo antes del final de la sesión parlamentaria, ya había sido aprobado por los diputados. El mismo aumenta las sanciones contra las personas culpables de crímenes con carácter sexual.
Tras su entrada en vigor, los violadores podrán ser condenados a penas de hasta cinco años de prisión, dos más que en la actualidad. Las enmiendas también modifican la definición del delito de violación, un término que hasta el momento sólo designaba la penetración vaginal por un pene, y que se aplicará ahora a otros tipos de agresiones o relaciones sexuales impuestas.
La nueva ley incluye a los hombres entre las posibles víctimas de violación, y no será necesario que éstas denuncien el delito para que se abra una investigación.
Esta modificación debería permitir un mayor número de condenas, ya que, a menudo, las víctimas se niegan a denunciar las agresiones sexuales por temor a posibles represalias.
«Espero que la revisión de esta ley traiga un castigo más apropiado para los agresores y una nueva toma de conciencia de la realidad de la criminalidad sexual», declaró ante una comisión parlamentaria Jun Yamamoto, un cuadragenario que sufrió abusos de su padre cuando era niño.
Los delitos sexuales tienen fecha de prescricpión en Japón y ésta varía según la naturaleza de los hechos cometidos.
La policía nipona asegura haber registrado unos 1.200 casos de violación en Japón en 2015, un 40% menos que hace una década. Pero un estudio del ministerio de Justicia indica que el 75% de las víctimas de delitos sexuales no denuncian lo ocurrido.