China anunció recientemente su intención de vetar la importación de determinados residuos, lo que causó preocupación entre los industriales del sector de numerosos países.

El pasado 18 de julio, China informó a la Organización Mundial del Comercio (OMC) de su intención de prohibir la entrada a su territorio de 24 categorías de residuos sólidos, incluyendo algunos plásticos, papeles y textiles.



El ministerio de Medio Ambiente chino propuso en su notificación que la medida entre en vigor a partir de septiembre, pero un responsable de ese ministerio dijo que el plan podría ponerse en marcha antes de fin de año, según la agencia Xinhua.



«Hemos constatado que grandes cantidades de basura de mala calidad, e incluso residuos peligrosos, están mezclados con residuos sólidos. […] Esto contamina seriamente el medio ambiente de China», indicó el ministerio de Medio Ambiente en la notificación enviada a la OMC. 

El país desea dar prioridad a los residuos procedentes del extranjeros que estén bien triados y envasados.

Si la medida se pusiera en marcha, «tendría un impacto importante […] en la industria mundial del reciclaje y en la producción china que depende de materiales reciclados», reaccionó la BIR (Bureau of International Recycling), la asociación mundial de la industria del reciclaje.

China es el primer importador mundial de residuos y su producción industrial crece gracias las materias primas recicladas (bolas de plástico, papeles y cartones de envases).

En 2015, el país importó 49,6 millones de toneladas de residuos sólidos, según el ministerio de Medio Ambiente.

Sin embargo, Pekín trata de luchar contra la contaminación atmosférica y de los suelos derivada de este desarrollo económico, que se produjo sin que se tuviera en cuenta su impacto ambiental.

Además, pretende cerrar numerosas plantas de reciclaje muy contaminantes y ha reforzado en los últimos meses el control de la control de la calidad de los residuos importados.

– ‘Devastador’ –

Para Estados Unidos, primer exportador mundial de residuos, la decisión de China podría tener un «impacto devastador», según Robin Wiener, presidente del ISRI (Institute of Scrap Recyling Industries), que agrupa a los actores estadounidenses de este sector.

Wiener recuerda que el valor de las exportaciones de residuos de metales, papeles y plásticos del país alcanzó los 5.600 millones de dólares el año pasado.

«China representa para la Unión Europea más del 50% de sus exportaciones de basuras», explicó a la AFP Damien Dussaux, investigador en el Grantham Research Institute on Climate Change, de Londres.

Ahora, la industria teme una congestión de los residuos en los países de origen y que bajen los precios de las materias primas recicladas, como ocurrió en 2013 después de que China tomara medidas para reforzar los controles de los residuos importados.

El año pasado, China importó 7,3 millones de toneladas de residuos plásticos, principalmente de Europa, Japón y Estados Unidos, así como 27 millones de toneladas de residuos de papel, de las que entre el 25 y el 30% eran una mezcla de papel y cartón, una categoría afectada por la medida china, según la BIR.

Otros ven en la medida una voluntad de China de apoyar su propia industria del reciclaje, tras lanzar «en 2017 un plan para aumentar un 67% el volumen de negocio de la industria del reciclaje hasta 2020 respecto a 2015», señaló Vincent Aurez, experto en economía circular del gabinete EY.