El consumo de proteínas contribuye a la formación, crecimiento y reparación de nuestros órganos. Además, fomentan un correcto crecimiento de los músculos, piel, tendones y uñas.



Sin embargo, aunque éstas son vitales e irreemplazables, un error común que cometen los deportistas es creer que ingerir grandes cantidades de éstas derivará en más músculos y mejor salud.

Pero el caso de una competidora fisicoculturista que falleció el mes pasado por una sobredosis de proteínas ha impactado a Australia. Meegan Hefford de 25 años, fue diagnosticada con trastorno del ciclo de la urea, es decir, tienen menor cantidad de alguna de las enzimas que intervienen en la transformación de nitrógeno en urea.



Estas enzimas se encargan de eliminar el nitrógeno que queda en exceso en el organismo, luego de cada ingesta de proteínas para evitar la formación de componentes tóxicos para el cuerpo.

Su ausencia provoca que, el nitrógeno que se ingiere al consumir alimentos con proteínas, se transforme en compuestos tóxicos como el amonio entre otros y se acumulen en la sangre, causando una alteración en el funcionamiento normal del cerebro, según el sitio para enfermedades crónicas, Fundación Enhue.

La joven, madre de dos niños, se estaba preparando para una competencia de fisicoculturismo que se realizaría en septiembre, afirmó su madre Michelle White a la revista People.

Además, le había contado que se sentía cansada y “rara”. “Yo le dije que pensaba que estaba yendo mucho al gimnasio, que se calmara y que fuera más lento”, afirmó.

Hefford fue hallada inconsciente en su departamento y la llevaron rápidamente al hospital, pero en ese momento la acumulación de amoníaco en su sangre y el líquido en su cerebro era demasiado, así que fue declarada con muerte cerebral al día siguiente.

Los médicos forenses afirmaron que la ingesta de suplementos para fisicoculturistas fue una de las causas de la muerte junto con el trastorno. Por eso, su familia está pidiendo que haya restricciones más estrictas a la hora de vender los productos como la proteína pura, que venden en formato en polvo, para deportistas.

“Sé que hay personas que, al igual que Meegan, han terminado en el hospital por sobredosis con suplementos”, dijo White. “La venta de estos productos necesita ser más regulada.”

Hefford estaba estudiando para técnico en enfermería, mientras trabajaba a tiempo parcial en un hospital y deja a dos niños de 5 y 7 años.