Los médicos se han convertido en una parte vital de la investigación por la masacre de Las Vegas. Allí 58 personas fueron asesinadas y más de 500 resultaron heridas por Stephen Paddock, un jubilado sin antecedentes que disparó sobre una multitud desde el piso 32 del Mandalay Bay Resort & Casino de esa ciudad de Nevada.

Los investigadores intentan determinar -sin éxito hasta ahora- qué pudo haber motivado a Paddock a disparar sobre la muchedumbre que disfrutaba de un festival de música country. Por el momento no tienen indicios sobre su inspiración y parecen lejos de hallarlo.



Mucho más luego de que los médicos -en un anticipo de la autopsia sobre el cadáver del atacante- no hallaran «anormalidades» en su cerebro que pudieran conducir a los peritos a perseguir una pista sobre su salud mental. El Sheriff del Condado de Clark, Joe Lombardo, lo confirmó en una entrevista dada a The Las Vegas Review-Journal. «Todas esas cosas que ustedes esperarían encontrar… no las hemos encontrado», indicó el oficial al brindar detalles sobre la investigación.

Indica el diario Infobae.com que la pista sobre encontrar «algo roto» en el cerebro del tirador había sido dada por su propio hermano Eric Paddock a la Policía de Las Vegas al afirmar que nunca pensó que pudiera ser capaz de cometer semejante matanza. «Deseo que abran su cabeza y encuentren algo. Hay información perdida», había dicho el familiar del terrorista.



En tanto, todavía se esperan los resultados de dos líneas de investigación: las pericias toxicológicas y el por qué el médico Steven Winkler le había prescripto a Paddock drogas contra la ansiedad en junio pasado.

La noche del domingo 1 de octubre, Paddock comenzó a disparar contra unas 22 mil personas que estaban disfrutando del Route 91 Harvest Festival, una serie de conciertos de música country en Las Vegas. Desde su habitación logró asesinar a 58 personas antes de verse rodeado por las autoridades y acabar con su vida. La masacre es considerada la más grande de la historia de los Estados Unidos después del 11-S de 2001. Pero aún los investigadores no logran resolver el mayor misterio hasta el momento: qué condujo a Paddock a cometer semenjante matanza.