La silla quedó vacía. Albert Ramírez Alcántara no llegó a sentarse, escuchar su nombre y caminar hacia el podio para recoger el título que lo acreditaba como licenciado en Educación mención matemáticas y física, con honores Cum Laude, de la Universidad del Caribe.

Murió en manos de delincuentes que tras despojarlo de su teléfono celular, le arrebataron poder dar cierre a sus años de estudios y llegar a la anhelada graduación.



Su ausencia despertó el interés en los compañeros de carrera al ver el asiento numero 1,089 vacío, y al indagar se les comunicó que había muerto en un asalto.

La información fue ofrecida al LISTÍN DIARIO por el departamento de Comunicaciones de la Universidad del Caribe, que ayer celebraba su segunda graduación extraordinaria, donde más de mil estudiantes recibieron sus títulos como profesionales en distintas áreas del saber.



Ramón Antonio Castillo, uno de sus compañeros de clase y quien estaba pautado para sentarse justo a dos sillas al lado de Albert, explicó que el joven era el mejor estudiante de la clase y que aún no salía del asombro por la noticia.

Castillo dijo que en principio se sorprendió de que Albert Ramírez no llegara temprano en la mañana a su acto de investidura, ya que dos días antes estuvieron hablando sobre la celebración de la graduación.