El mundo cree que tiene la verdad y el conocimiento de todas las cosas apoyándose en su inteligencia y en sus teorías, las cuales han sostenido por miles de años sin permitir que algo pueda hacerlos cambiar ni entender que su conocimiento es limitado, que su verdad no existe porque solamente hay una verdad absoluta.

Dios no está buscando mentes, Él busca corazones. La mente no se convierte, pero sí se transforma cuando nuestro corazón se rinde a Sus pies. Él busca el quebrantamiento genuino, el cual Le garantiza que ya no dependeremos más de nosotros mismos sino que dependeremos para siempre de Él. Entonces veremos cómo un velo nos es quitado: lo que pensamos que era de valor, no lo tiene; lo que creíamos no es verdad; y aquello en lo que nos apoyábamos nunca existió.



Es entonces cuando nos damos cuenta de que un mundo desconocido empieza a manifestarse en nosotros, el cual estaba oculto ante nuestros ojos. Los ojos espirituales se abren y empezamos a entender muchas cosas, las cuales nos muestran los misterios que estaban escondidos y son revelados a aquellos que se entregan de corazón al Señor.

Por la pastora Montserrat Bogaert/ Iglesia Monte de Dios