Un documental sobre la historia de los negros estadounidenses, un mensaje grabado por un rapero y el intercambio de experiencias sobre los prejuicios cotidianos: la cadena de cafés Starbucks cierra el martes por la tarde unos 8.000 locales en Estados Unidos para educar a sus empleados contra el racismo, en un contexto de tensiones raciales exacerbadas.
Todos los cafés administrados directamente por Starbucks dejarán de atender al público a las 14H00, informó la cadena que ha popularizado el café espresso en todo el país. Los más de 5.000 establecimientos gestionados como franquicias en hoteles, aeropuertos o comercios permanecerán abiertos.
Esta iniciativa inédita, que involucrará a unos 175.000 empleados y durará cuatro horas, fue anunciada el 17 de abril por los ejecutivos de Starbucks después de la indignación general provocada por la detención de dos jóvenes negros en uno de sus cafés en Filadelfia.
El arresto se produjo por el único motivo de que ambos hombres habían pedido usar el baño, mientras esperaban la llegada de un conocido para luego consumir en el local.
El incidente fue registrado en video por otro cliente y ampliamente difundido en las redes sociales, lo que generó protestas con la amenaza de un boicot a la cadena, que dice atender a unos 100 millones de clientes por semana en todo el mundo.
La cadena que cotiza en el Nasdaq de Wall Street se negó a permitir que los medios asistieran a la capacitación, pero sus ejecutivos explicaron las líneas generales.
Además de una sesión de intercambio de experiencias, los empleados estarán en su mayoría frente a una pantalla: verán una película del director negro Stanley Nelson, sobre la historia de los negros y la discriminación en lugares públicos, un mensaje del rapero Common y mensajes de los altos ejecutivos de Starbucks, Kevin Johnson y Howard Schultz.
– «Generar empatía» –
«Toda la administración de Starbucks asistió a la capacitación la semana pasada», dijo Schultz a la cadena CNN el martes. «La idea es ponerse en el lugar de la gente de color, entender que existe un sesgo racial, existe un sesgo racial inconsciente, y ver qué se puede hacer como compañía para crear referencias para establecer empatía, compasión y un ambiente acogedor para todos», acotó.
El martes por la mañana, carteles pegados a la entrada de los locales Starbucks advertían a los clientes sobre el cierre, lo cual se supone permite a los empleados «reconectarse con nuestra misión y compartir sus ideas sobre cómo hacer que Starbucks sea aún más acogedor para todo el mundo».
El cierre de unos 8.000 establecimientos en la jornada podría resultar en un déficit estimado entre 8 y 12 millones de dólares para la compañía, según diversas estimaciones.
Si bien otras compañías han tenido la iniciativa de desarrollar capacitaciones contra el racismo, por ejemplo la aerolínea American Airlines o la cadena de tiendas Target, esto nunca se había hecho tan públicamente y acompañado de tantas disculpas, reiteradas por Starbucks desde el incidente de abril.
Toda esta publicidad ejerce una presión sobre Starbucks para alcanzar un resultado y servir de ejemplo a otras empresas, en un contexto de tensiones raciales exacerbadas desde la llegada al poder del republicano Donald Trump.
Para preparar esta formación, la cadena solicitó la asesoría de líderes negros conocidos, como Sherrilyn Ifill, presidenta de la Legal Defense and Educational Fund, una rama de la poderosa organización de defensa de los derechos de los negros NAACP, o de Heather McGhee, presidenta de la asociación Demos, que lucha contra la discriminación.
«Dejamos claro que no avalaríamos ciegamente su programa si no creyéramos que podía cumplir sus promesas», dijo Heather McGhee, y acotó que se publicará un informe en junio sobre las medidas de seguimiento de esta formación.
Pero los expertos señalan que no importa cuán bueno sea el plan de Starbucks, pero los prejuicios racistas no desaparecerán en cuatro horas.
Starbucks ha crecido fuertemente en los últimos años y ahora cuenta con unas 25.000 sucursales en 70 países.
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