“Envía tu mano desde lo alto; Redímeme, y sácame de las muchas aguas, De la mano de los hombres extraños,”, Salmo 144:7

“Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo, pues no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave. Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo. Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho. Con todo, es necesario que demos en alguna isla.», Hechos 27: 22-26.



Podemos estar en un momento de angustia donde no sabemos qué hacer o qué camino tomar, incluso estar en una situación donde sentimos que las deudas, los problemas y las dificultades nos ahogan.



Pero podemos confiar en Dios, porque Él promete que estará con nosotros en esos momentos, cuando estemos a punto de ahogarnos, nos sacará con su mano, nos llevará a la orilla.

Dios no promete que no nos mojaremos, pero sí que no nos ahogaremos, porque Él estará con nosotros (Isaías 43:2). La vida conlleva muchos retos y enfrentamos cosas que en nuestra fuerza serían imposibles de superar, pero cuando clamamos a Dios, él toma nuestra dificultad y la coloca en nuestro favor, aún en la prueba el Señor forma nuestro carácter, alimenta nuestra confianza en su Palabra y nos prepara para dar testimonio.

Tal vez no veas la solución inmediata, pero si haz confiando en Jesús, si lo has puesto como tu esperanza y tu roca, puedes tener la garantía de que Él no demora, llega en el momento justo, todo lo que has sufrido, las lágrimas que has derramado son el material que Dios usará para bendecirte, para mostrar su gloria y poder en tu vida.

Fuente Conexiondevida.org