¿Está usted atrapado por su nueva serie favorita de Netflix, pero la novela que reposa en su mesa de noche se llena de polvo?
Como usted son muchos en esta situación, reveló un estudio alemán que muestra la «dramática» reducción de los lectores de libros, debido a que la gente gasta más tiempo en la red.
El número de personas que compra libros en Alemania cayó cerca del 18% entre 2013 y 2017, indicó el estudio pedido por la Asociación de editores y libreros alemanes.
La caída fue incluso más profunda, de 24% a 37% entre las personas entre 20 y 50 años, el grupo de edad que dedica más de tres horas al día a internet.
«Hay cada vez más presión social para reaccionar de manera constante y estar atento para no perderse algo» en la red, indica Alexander Skipis, jefe de la Asociación, en un comunicado que acompaña al estudio, titulado «¿Compradores de libros, a dónde van?».
Servicios de Streaming como Netflix con su salva de series televisivas están «ejerciendo una gran atracción», y con frecuencia reemplazan a los libros como pasatiempo, añadió.
Los resultados del estudio son sombríos para la lectura en un país que se enorgullece de sus niveles en ese campo y donde tiene su sede la principal feria mundial del libro.
El estudio, para el que la firma encuestadora GfK interrogó a 25.000 personas, revela que la creencia de vieja data de que uno de cada dos alemanes es un comprador de libros ya no es algo actual.
El año pasado sólo 44% de los alemanes de más de diez años, o sea 29,6 millones de personas, compraron un libro.
Pero en un punto más favorable para la industria, el estudio mostró también que los que siguen siendo devoradores de libros están leyendo y comprando más que antes.
El cliente promedio compró 12 libros el año pasado, más de los 11 de 2013. La cantidad total de compra promedio subió de 117 euros a 137 euros.
La historia es similar para los E-books, pues los clientes se redujeron 8% entre 2016 y 2017, a 3,5 millones, pero la cantidad de títulos comprados por persona creció.
En reacción a los resultados, la Asociación de editores y libreros indicó que puede aprovechar la oportunidad para presentar los libros como un antídoto ante el frenesí actual del mundo digital.
«El público busca desconectarse», añadió Skipis. Todos los grupos de edad están tomando una actitud «muy positiva» ante los libros.
Algunos de los consultados hicieron sugerencias sobre cómo incorporar de mejor manera los libros en sus vidas.
Eso va desde aplicaciones que hagan recomendaciones personalizadas hasta encuentros entre lectores y autores para hacer la experiencia de lectura más interactiva, o colocar los libros en lugares tan inesperados como los gimnasios.