El presidente de Estados Unidos Donald Trump expresó a legisladores de su Partido Republicano que apoya los esfuerzos por encontrar una solución a la políticamente tóxica práctica de separar familias en la frontera con México.

Sólo unas horas después de haber defendido la legalidad de su cuestionada política que provoca que los hijos de inmigrantes clandestinos sean separados de sus padres, Trump hizo frente a indignados republicanos que le reclaman una rápida solución de la crisis.



Altos funcionarios de la Casa Blanca respaldaron la «tolerancia cero» a la inmigración ilegal e insistieron en que los niños son retenidos en condiciones humanitarias pero las críticas llegaron de todas partes.



Grupos defensores de los derechos humanos, cristianos evangélicos, ex primeras damas y el propio presidente del partido Republicano expresaron su repudio.

Demócratas que visitaron centros de detención de Texas en donde se encuentran los menores, dijeron que están retenidos en «jaulas», están cercados por vallas y temen no volver a ver a sus padres.

Un audio en el que se escucha el llanto de niños centroamericanos encrespó aún más la indignación.

En ese clima, congresistas demócratas cargaron contra Trump en una inédita protesta en los augustos corredores del Capitolio donde el mandatario se reunió con legisladores afines.

«Señor presidente, ¿no tiene acaso hijos? ¿No tiene acaso hijos, señor presidente?», le gritó en la cara el demócrata Juan Vargas, cuando Trump salía de una reunión con sus aliados republicanos.

«¿Le gustaría que lo separaran de sus hijos?», agregó.

Trump se limitó a darse la vuelta y saludar sonriente a las cámaras. Media docena de legisladores demócratas levantaban fotos de menores en llanto y pancartas con el eslogan «Las familias deben permanecer unidas».

Tras la reunión, los republicanos indicaron que el presidente respaldó proyectos de ley que líderes de ambas Cámaras esperan votar esta semana.

Las iniciativas incluyen varias prioridades de Trump, incluido el muro en la frontera con México, la protección de los llamados «dreamers», inmigrantes que ingresaron ilegalmente siendo niños, y modificaciones a programas de inmigración tales como el fin de las loterías de visas.

El representante republicano Mario Díaz Balart dijo que la prioridad de terminar con la separación de padres e hijos está incluida.

Un portavoz de la Casa Blanca Raj Shah dijo que Trump «apoyó los proyectos de ambas Cámaras» durante la reunión. Agregó que esos textos «resuelven la crisis en la frontera y la cuestión de las separaciones al permitir la detención y traslado de las familias».

 – Restaurante mexicano –

La noche del martes la secretaria de Seguridad Kirstjen Nielsen, considerada la cara visible de la política migratoria, fue hostigada por activistas mientras cenaba en un restaurante de comida mexicana de Washington.

«¿Cómo puede disfrutar una cena mexicana cuando está deportando, encarcelando, a decenas de miles de personas que llegaron en busca de asilo a los Estados Unidos?», le gritó un hombre, según video difundido por los activistas.

Más temprano, Trump se había mostrado impávido ante la andanada de protestas.

«Yo no quiero niños siendo retirados de sus padres. Pero cuando buscamos procesar a los padres por venir aquí ilegalmente, algo que se debe hacer, hay que separar a los niños», dijo en un discurso ante pequeños empresarios.

Trump acusó a los demócratas de provocar la crisis al bloquear la aprobación de nuevas leyes contra la inmigración ilegal.

Líderes demócratas replicaron que Trump «sigue intentando usar como rehenes del proceso legislativo a estas familias separadas», según el senador Chuck Schumer.

El senador demócrata agregó: «El presidente puede terminar esta crisis con su lapicera y necesita hacerlo ahora».

En medio de la polémica, la primera dama Melania Trump, quien hace unos días había llamado a un acuerdo bipartidista que pusiera fin a las separaciones en la frontera, dijo que durante la visita de la reina Letizia a la Casa Blanca discutieron «formas de impactar positivamente en los niños».

«La reina Letizia y yo disfrutamos de un té y tiempo juntas enfocadas en las formas de impactar positivamente en los niños», tuiteó Melania Trump.

– Rechazo mayoritario –

Diversos sondeos ya muestran el rechazo mayoritario de los ciudadanos estadounidenses a la separación de familias migrantes, en un cuadro que podría claramente tener efectos en las elecciones legislativas de medio término.

«¡Los demócratas son el problema!», dijo Trump en Twitter.

Según el presidente, a los demócratas «no les importa la criminalidad y quieren inmigrantes ilegales, no importa cuán malos puedan ser, para inundar e infectar nuestro país, como el MS-13», en referencia a la Mara Salvatrucha.

Los republicanos controlan las dos Cámaras del Congreso, pero Trump responsabiliza a los demócratas porque en el Senado precisa de 10 de sus votos para que una ley resulte aprobada.

– Críticas de aliados –

El fiscal general y secretario de Justicia, Jeff Sessions, dijo que las comparaciones con acciones de los nazis en Alemania son «una real exageración».

De acuerdo con datos oficiales, apenas entre el 5 de mayo y el 9 de junio las autoridades fronterizas separaron a 2.432 niños cuyas familias están arrestadas en espera de proceso criminal por ingresar clandestinamente al país.

En la actualidad, el departamento de Salud y Servicios Humanos tiene bajo su cuidado 11.700 niños y menores de edad extranjeros en unos 100 albergues de 17 estados del país.

En este escenario, las reacciones se tornan más duras, inclusive por parte de aliados tradicionales que suelen tener cuidado de no irritar a Washington.

El ministro mexicano de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, dijo que la división de las familias es «cruel e inhumana».

Sandra Jovel, canciller de Guatemala, por su parte, dijo que la separación de familias es «un tema de preocupación para el gobierno».

El Salvador  dijo que separar familias «implica violación de derechos humanos».