Nuestra forma de pensar y de actuar muchas veces da a entender que no tenemos temor de Dios y lo que dice Su Palabra nos tiene sin cuidado. Vemos como cada quien lleva su vida a su manera sin importar que hay un Dios en los Cielos y que un día nos pedirá cuenta.

Pensamos que nunca habrá un final para nosotros, y si lo hay. Dios nada tiene que ver; por el contrario, decimos que la vida hay que disfrutarla al máximo y aprovechar cada momento de nuestra existencia porque si no perdemos la oportunidad.



Cuántas personas que pensaron de esta manera pero su tiempo en la tierra acabó querrán decirnos desde el lugar donde están, el cual de seguro no es muy agradable, que nos arrepintamos. Busquemos de Dios y obedezcamos Su Palabra para que no nos suceda lo mismo que a ellos.

Dice la Palabra que todo tiene un principio y un fin, que Dios juzgará al hombre honrado y al malvado, porque hay un momento para todo lo que ocurre y para todo lo que se hace. Todo lo que hacemos está registrado y por eso seremos juzgados, porque somos creación de Dios y no fuimos predestinados para andar y hacer lo que queramos, sino para cumplir un propósito determinado.



Tienes libre albedrío para decidir qué vas a hacer y si vas a continuar haciendo lo mismo, pero, si eres inteligente, sabrás que Él está diciéndote “En ese camino que escogiste Yo no estoy, por lo tanto no esperes el Cielo porque no te lo has ganado”. Pero si reconoces que has fallado y pides perdón, tu Padre Celestial te recibirá y te recompensará por la valiente decisión de apartarte del mal y buscar el bien.

Por la pastora Montserrat Bogaert/ Iglesia Monte de Dios.