Los hinchas uruguayos tuvieron que resignarse a la eliminación de su equipo en Rusia a manos de Francia 2-0, luego de un duro partido en el que el conjunto galo fue más y Uruguay jugó como siempre: dejando todo en la cancha.

Los dos goles franceses dejaron a Uruguay triste pero los aplausos no cesan para un combinado que logró una fuerte identificación con los hinchas.



En la plaza de la municipalidad de Montevideo, los uruguayos se congregaron para ver el partido en una fría y soleada mañana, mientras vehículos adornados con banderas enfilaron para los hogares para presenciar un espectáculo que en Uruguay se ve, sobre todo, en familia.



«Terminé el partido (de octavos de final) con Portugal llorando», confesó a la AFP Marcos Hortiguera, un taxista que circulaba con su vehículo ataviado de blanco y celeste y que soñaba con una victoria ante Francia.

Los goles franceses dejaron por el camino su sueño y el de otros 3,5 millones de personas de este país futbolero por excelencia, mientras en Rusia, hasta el último minuto, los uruguayos alentaron a su selección al grito de «¡Soy celeste, celeste soy yo!».