Si nos ponemos a pensar en las veces que dudamos, nos sorprendería la cantidad exorbitante de ocasiones en que esto nos acontece. Sin darnos cuenta se ha convertido en algo tan normal que todo lo ponemos en duda. Y lo más penoso es que nos hemos dejado arrastrar por este espíritu teniendo el conocimiento de Cristo.
La duda se ha arraigado tanto que ha debilitado nuestra fe y nos ha llenado de incertidumbre y desasosiego, dejando a un lado el fundamento verdadero, ése que nos sostiene en los tiempos de crisis.
Las crisis son pasajeras pero, dependiendo de nuestra actitud, será más fácil sobrellevarlas y salir de ellas, por medio de una esperanza de gloria. Pues si tenemos fe permaneceremos firmes sin desmayar, esperando el momento del fin de esas crisis. Pero si empezamos a dudar, cada una se tornará insoportable e inaguantable, y nos conducirá a tomar decisiones incorrectas.
Pregúntate “¿Quién sabe más, Dios o yo?”. Seguro dirás que Dios. Entonces, ¿por qué dudar si Él cumple todo lo que dice? No dudes; cree solamente y no des lugar en tu vida al enemigo de tu fe. No permitas que las promesas de Dios mueran por estar vacilante y no tomar la acción correspondiente. Renuncia a esa duda y serás libre para creer.
Por la pastora Montserrat Bogaert/ Iglesia Monte de Dios
DIOS ES ETERNO, INCONMENSURABLE…¡Y OMNIPOTENTE!
Cuando el hombre no entiende algo, de una ves se agarra de Dios.
Cuando la mente humana es tan vaga que no busca la respuesta por sus propios medios, tiene un pendejo que decirle que busque fuera la solución de sus problemas.
siga confiando y sientese a esperar ese milagro, que le va a llegar si. Por eso hay tanta gente progresando y fuera de la miseria, porque esperan esos Milagritos…