Santo Domingo, RD.- El vicepresidente del Instituto Duartiano dijo este jueves que desde el nacimiento de la Patria habían grupos de poder fraguando anexiones y traiciones contra la Independencia Nacional, porque nunca tuvieron fe en el dominicano y esa fue la gran diferencia entre esos recalcitrantes conservadores o anexionistas y el Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte y sus Trinitarios.

El doctor Wilson Gómez Ramírez dijo con motivo del acto de depósito de una ofrenda floral en el Panteón de la Patria, en ocasión del 155 aniversario de la Restauración de la Independencia Nacional, que contó con la asistencia de directivos y miembros del Instituto Duartiano.



El también juez del Tribunal Constitucional sostuvo que cuando Pedro Santana, el inconsulto caudillo, y algunas espadas libertadoras de la guerra de la independencia, muchas veces verdaderos héroes en las batallas contra los haitianos pero que seguían a su caudillo desde los hatos del Este, traicionaron el ideal de patria libre y anexaron la Patria a España, el pueblo dominicano no se conformó.

Señaló que este glorioso pueblo había saboreado la miel de la libertad y la semilla que había sembrado el Padre de la Patria y que en el país encontró terreno fértil, para demostrar que la lucha no era sólo contra los haitianos, que no era un problema racial, sino que había una patria que defender contra toda injerencia extranjera.



Estimó que es indudable el mérito del general Duarte en los trabajos de concientización de la juventud Trinitaria, y citó ejemplos claros a una de las primeras víctimas de los traidores que fue el general Francisco Del Rosario Sánchez, asesinado en San Juan de la Maguana, con todos sus compañeros, cuando intentaba rescatar la independencia nacional.

Asimismo, recordó que el general Ramón Matías Mella, Trinitario y patriota insigne, antes de morir, siendo vicepresidente de la República en armas, implementó la guerra de guerrillas, con instrucciones precisas para luchar con el poderoso Ejército español de 30 mil hombres, contribuyendo eficazmente, una vez más, al triunfo de las valientes armas dominicanas.

Indicó que la fecha del 16 de agosto de 1863 y la del 27 de febrero de 1844, deben siempre estar en la memoria de los dominicanos, ya ese día un grupo de patriotas encabezado por Santiago Rodríguez enarboló la bandera nacional en el cerro de Capotillo y se cubrió de gloria, empezando la guerra de restauración de la independencia.

Añadió que a partir de ese momento se extendió por todo el territorio, hasta culminar con la victoria de las valientes tropas en 1865, fecha en la cual el poderoso ejército español después de largas y cruentas luchas, fue derrotado y abandonó el país.

Manifestó que el sentimiento patriótico del dominicano, creado por Duarte y esa inolvidable juventud de su época, había madurado la conciencia nacional y ésta fue una verdadera guerra patria, con el apoyo de toda la población civil, además, para los restauradores esta no era una simple revolución, iba más allá del nacionalismo y de nuestros derechos como Nación, esa era la lucha de la democracia contra el colonialismo, era todo un proceso de avance de los pueblos que se estaba desarrollando en América.