Es habitual que salga moho en algunos alimentos si se tarda un tiempo en consumirlos, incluso aunque los tengamos bien conservados. En estos casos, debes tener en cuenta el tipo de alimento que es ya que en algunos puede retirarse la parte con moho y comerse sin problemas, pero otros es muy peligroso y hay que tirarlos enteros.

Hay unos 300.000 tipos diferentes de moho. La mayoría pueden ser buenos o no para el organismo según cómo entren al mismo. Por ejemplo, uno de los más conocidos es, sin duda, el Penicillium chrysogenum, a partir del cual se creó el primer antibiótico, la penicilina. Este moho se encuentra de forma habitual en la naturaleza y en muchos alimentos y, si se ingiere, es inofensivo. Pero si hay esporas del mismo en el aire, puede causar una reacción alérgica.