La ciudad de Ámsterdam contempla autorizar a las prostitutas del famoso Barrio Rojo a ejercer su profesión en otros lugares de la ciudad, con el fin de ofrecerles mejores condiciones laborales y frenar la presión turística.

Las prostitutas del barrio denuncian el asedio de un número creciente de turistas que las fotografían, una presencia que ahuyenta a potenciales clientes.

Para solucionar el problema, el partido ecologista de izquierda GroenLinks y el Partido Social Liberal D66 proponen crear nuevos espacios para la prostitución en otros barrios menos turísticos de la ciudad.

«La idea es que las trabajadoras del sexo tengan más opciones que trabajar desde sus casas o en zonas turísticas donde tienen mucho menos anonimato», declaró Alexander Hammelburg, miembro del partido D66.

«Esto resolverá igualmente el problema de la escasez de espacios de trabajo legales» para las prostitutas, dijo a la AFP.

El plan fue presentado oficialmente a los tres partidos de la coalición política que gobierna la ciudad (GroenLinks, D66 y el Partido Socialista) que mantuvieron el jueves un debate sobre el futuro de los Wallen.

Este término, que significa los márgenes de los canales en holandés, designa el famoso Barrio Rojo de Ámsterdam y sus prostitutas en los escaparates.

Femke Halsema, primera alcaldesa de la ciudad, discutirá estas propuestas con los partidos involucrados antes de presentar diferentes escenarios en primavera.

La ciudad anunció en agosto una serie de nuevas medidas para luchar contra el comportamiento de los turistas, como el cierre de las calles para su limpieza o el control de la multitud.

Unos 18 millones de turistas visitan Ámsterdam cada año, más que toda la población de los Países Bajos.