Los AngelesEstados Unidos. Un número récord de mujeres conquistaron un escaño en el Congreso en las elecciones de Estados Unidos, azuzadas por su antipatía por Donald Trump y envalentonadas por el movimiento #MeToo, lo cual torna al Partido Demócrata más diverso y joven que nunca.

La clase de 2019 incluye a la congresista mujer más joven de la historia del país, la neoyorquina Alexandria Ocasio-Cortez, de 29 años, y a Abby Finkenauer de Iowa, así como a las dos primeras congresistas de origen indígena, y las dos primeras musulmanas, la palestina-estadounidense Rashida Tlaib y la somalí-estadounidense Ilhan Omar.



Los resultados aún están llegando, pero ya se sabe que al menos 120 mujeres fueron electas, un récord de 98 para la Cámara de Representantes y 22 en el Senado, dijo el Centro para la Mujer Estadounidense y la Política de la Universidad de Rutgers (CAWP).



El récord anterior en la Cámara era de 85 mujeres. Esta elección representa un alza en la representación femenina de al menos 23%, aunque Estados Unidos sigue teniendo muchas menos mujeres en el legislativo que la mayoría de los países del mundo desarrollado.

«Cuanto más estadounidenses voten, más se parecerán nuestros líderes electos a Estados Unidos», dijo el expresidente Barack Obama, alabando el número récord de mujeres, un alza de los legisladores que pertenecen a minorías y una participación récord de votantes en los comicios.

La vasta mayoría de las mujeres recién electas son demócratas. Incluyen a veteranas de guerra, a una exagente de la CIA, a una maestra que creció con una madre adicta a las drogas, a una exmesera de restaurante y a decenas de candidatas novatas.

Muchas se lanzaron a la política indignadas por el triunfo de Trump ante Hillary Clinton, considerada muchas veces como la candidata presidencial más calificada de la historia, pese a las acusaciones contra el magnate inmobiliario de comportamiento sexual indebido y de que se jactó de que podía agarrar a la mujer que quisiese «por el coño».

Muchas están en shock por lo que consideran abusos del gobierno Trump: intentos para limitar la cobertura de salud, restringir el derecho al aborto, separar a familias inmigrantes en la frontera o amenazar las protecciones ambientales.

– «Injusticias» –

«Hasta que este gobierno sin corazón no sea considerado responsable de sus innumerables injusticias, no pararemos», tuiteó Donna Shalala, una exministra del gobierno Clinton que derrotó a una candidata republicana a la Cámara baja en Florida defendiendo la educación, la salud pública y la seguridad social.

El éxito de las mujeres negras es notable. Los estados de Connecticut y Massachusetts eligieron a las primeras mujeres afro-estadounidenses al Congreso.

Otras dos demócratas, Verónica Escobar y Sylvia García, hicieron historia como las primeras latinas electas al Congreso por Texas, un estado profundamente republicano.

Omar, electa por Minnesota, emigró a Estados Unidos cuando era niña tras huir de una Somalia destrozada por la guerra.

Estas son voces totalmente nuevas «que nunca habían llegado a la mesa de la política federal», dijo Kelly Dittmar, profesora adjunta de ciencias políticas en la Universidad de Rutgers y académica del CAWP.

Las mujeres que pertenecen a minorías «ven los beneficios de ocupar cargos electos como mayores que los costos y desafíos potenciales», dijo a la AFP.

También fueron elegidas mujeres como gobernadoras en Iowa, Maine y Dakota del Sur por primera vez, así como en el territorio de Guam. Mujeres demócratas arrebataron Michigan y Kansas a candidatos en funciones republicanos.

¿Pero qué significa que habrá más mujeres en cargos electos?

– «Moderar las expectativas» –

Significa que estarán mejor representadas. Hay estudios que muestran que es más probable que sean mujeres y no hombres quienes planteen políticas relativas a la salud femenina y a la familia.

La gobernadora electa de Michigan Gretchen Whitmer atribuyó el miércoles su éxito y el de otras mujeres a que trabajaron más que sus rivales y a que se concentraron «en los temas que se discuten en la mesa de la cena, que realmente importan a las familias», como «salud y agua potable».

Las mujeres son también más trabajadoras. Un estudio de 2010 realizado por investigadores de las universidades de Stanford y Chicago halló que las legisladoras mujeres conseguían 49 millones de dólares más cada año para los distritos que las eligieron que sus homólogos hombres.

Aunque éxitos republicanos incluyen a la primera mujer senadora electa por Tennessee y a la primera mujer gobernadora de Dakota del Sur, hay inquietudes de que la abierta disparidad demócrata pueda ampliar las divisiones partidarias.

Un informe del Pew Research Center de 2015 clasificó a Estados Unidos en el lugar 33 entre 49 países de alta renta y 83 entre un grupo más amplio de 137 países en términos de representación femenina en el legislativo nacional.

«Tenemos que moderar nuestras expectativas un poquito», alertó Dittmar. Pese a los avances en estas elecciones las mujeres «aún serán menos de un cuarto del Congreso», añadió. «El liderazgo republicano masculino todavía lidera la agenda».