Paseos por la Riviera Maya, una visita a la Sagrada Familia en Barcelona, un BMW, comidas caras y hasta un paseo en yate –algo prohibido para los cubanos que residen en la isla– son algunas de las instantáneas que compartió Tony Castro, nieto del fallecido Fidel Castro, en su cuenta privada de Instagram, donde tiene más de 1,000 seguidores.
#Summer, #Relax, muchos emoticonos… A simple vista parece otro joven cargado de ganas de compartirle al mundo los mejores momentos de su vida, pero la pregunta que queda en el aire es quién paga todos esos viajes, pues el único oficio conocido del vástago de Antonio Castro es el de modelo, aunque se desconoce si ha sido contratado por alguna casa de la moda fuera o dentro de la isla.
Tony Castro es hijo de Antonio Castro, médico del equipo nacional de béisbol. Las fotos, que ya llevan meses publicadas, han causado polémica en las redes sociales después de ser reveladas por varios medios del sur de la Florida. El Nuevo Herald obtuvo las imágenes a través de uno de los seguidores del joven Castro.
«Todos los animales son iguales pero algunos son mas iguales que los otros», escribió en su cuenta de Facebook Pedro Pérez, parafraseando la célebre novela satírica Rebelión en la granja de George Orwell, una demoledora crítica a los sistemas totalitarios prohibida en Cuba.
José González, por su parte, cuestionó de dónde salen los recursos para financiar los viajes del nieto de Castro. «Al igual que el hijo del Che que tiene una compañía de renta de motos de lujo a los turistas ¿quién financia esto?», preguntó.
González pidió a otros usuarios «difundir» este tipo de noticias en la isla.
En Cuba, un país donde el salario medio apenas supera los $30 al mes, el pan sigue siendo racionado y el café tiene un 50 por ciento de chícharos para paliar la escasez del producto, hacer turismo es un lujo para la mayoría de sus habitantes.
Indica el diario Elnuevoherald.com que la familia Castro raramente muestra sus lujos en público. Los que más han llamado la atención han sido Antonio Castro y su hijo Tony. Antonio viajó a la isla paradisiaca de Mykonos y luego a Bodrum, en Turquía, a bordo de un lujoso yate. Alquiló cinco suites en uno de los hoteles más caros y para colmo sus guardaespaldas hirieron a un reportero turco que intentaba cubrir la estancia del hijo menor de Fidel Castro en la península de Anatolia.
Tony, su hijo, también gusta de viajar. Según las imágenes compartidas en su Instagram ha disfrutado de los sitios turísticos en México, España, Panamá, y por supuesto Cuba. Lleva a su madre a comer al finísimo paladar El Cocinero Restaurant en La Habana y a su novia a los paseos internacionales.
La primera alusión a este nieto de Castro fue cuando la marca de lujo Chanel se dispuso a realizar su desfile en el decadente Prado habanero. En medio de las ruinas y con el público cubano alejado de las pasarelas, Tony Castro no participó en el desfile, como habían especulado varios medios cubanoamericanos, sino que lo vio en la front row como uno más de los invitados.
Tony había aparecido un poco antes en las editoriales fotográficas de Brian Canelles, otro de los invitados al desfile, pero en esa ocasión tuvo que conformarse con un puesto VIP junto a su prima segunda Mariela Castro y una pléyade de funcionarios y artistas cubanos que sirvieron como público para aquel derroche de lujo en una Habana que se cae a pedazos.
