La trata de seres humanos, que implica a hombres, mujeres y niños víctimas de actividades criminales como la explotación sexual o el tráfico de órganos, continúa quedando en gran parte impune en todo el mundo, según un informe de Naciones Unidas publicado este lunes.

A pesar de que recientemente ha aumentado el número de condenas por trata de seres humanos en África y Oriente Medio, «el número total [de condenas] en esas regiones sigue siendo muy bajo», señala el informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), radicada en Viena.

«Los traficantes apenas corren el riesgo de ser procesados por la justicia», agrega el documento, que reclama un refuerzo de la cooperación internacional contra las redes criminales.

El informe, que compila datos hasta el año 2016, apunta que nunca había habido tantos países en situación de conflicto en las últimas tres décadas como en ese año.

Sin embargo, la existencia de un conflicto armado «refuerza el riesgo de trata de seres humanos», pues esos conflictos suelen estar acompañados de fallas en las autoridades, desplazamientos forzosos de la población y la destrucción de las estructuras familiares y una precariedad económica, apunta la UNODC.

La trata con fines de explotación sexual es, de lejos, la más corriente, y afectó al 59% de las víctimas identificadas en 2016.

La UNODC cita los casos de miles de niñas y mujeres de la minoría yazidí raptadas por el grupo Estado Islámico (EI) en Irak.

Una de ellas, Nadia Murad, es una de los dos laureados con el premio Nobel de la Paz 2018 por su activismo en favor de las víctimas.

El trabajo forzado es la segunda forma de trata más extendida, y afectó a un tercio de las víctimas que cubrió el informe. La mayoría se encontraban en África subsahariana y en Oriente Medio.

Entre 2014 y 2017 se registraron cien casos relativos al tráfico de órganos. Los campos de refugiados son una mina para los traficantes, que atraen a las víctimas «con falsas promesas de dinero y/o de transporte a lugares más seguros».

En algunos casos, hay pruebas de colusión entre traficantes y «profesionales de la salud, recurriendo a prácticas corruptas y fraudulentas».

La UNODC señala que el 70% de las víctimas de trata detectadas en todo el mundo son mujeres y que el 23% de las víctimas identificadas son menores.

La trata para realizar matrimonios forzados afecta especialmente a las mujeres del sureste asiático.

La UNODC no aporta ninguna estimación respecto al número de víctimas de trata en todo el mundo. El número de casos identificados ascendía a algo menos de 25.000 en 2016, 10.000 más que en 2011, con subidas «más pronunciadas en las Américas y en Asia».

No obstante, el informe advierte de que esa subida podría deberse a una identificación más eficaz, y no a un aumento del número de víctimas.