¿Qué hacer cuando nos falta claridad en medio de una prueba? A menudo nos sentimos tentados a tomar acción, aunque lo más sabio sea orar y esperar la dirección del Señor.

La oración comienza con la transición de nuestros pensamientos de la situación actual al Señor. Lo que necesitamos es su perspectiva en cuanto a la dificultad que enfrentamos. Entonces podemos pedirle que haga lo que se propone lograr a través de la circunstancia difícil, cualquiera que esta sea. Cuando oramos centrados en Dios de acuerdo con su voluntad, podemos tener la seguridad de que nos dará lo que hayamos pedido (1 Jn 5.14, 15).



Además, el modelo de oración que Jesucristo enseñó a sus discípulos en Mateo 6.11-13 revela el tipo de necesidades que nuestro Padre quiere que le presentemos. A medida que responda nuestras oraciones, aprenderemos a confiar en Él más y más. Mantener una lista de oración es útil porque se convierte en un registro de nuestras interacciones con el Señor. Cuando veamos una correlación directa entre nuestras peticiones y sus respuestas, será cada vez más evidente que Dios ha obrado en nuestra vida. Las oraciones específicas son incluso mejores que las peticiones generales, porque la fidelidad de Dios es aún más innegable.

Una petición que Dios promete complacer siempre es el deseo de recibir sabiduría. Siempre que la necesitemos, sobre todo en las pruebas, debemos pedirla a nuestro Padre celestial, y Él la dará con generosidad mientras llenamos nuestras mentes con verdades bíblicas. Y a medida que nuestra sabiduría aumente, también serán mayores el gozo y la confianza en el Señor.