Imagina que vas a hablar con el jefe de Recursos Humanos para que te suban el sueldo porque llevas unos años en la empresa. Han aumentado tus tareas y es justo que eso se vea repercutido al final de mes.

En la reunión te han dicho que «sí», pero cuando llega el momento de la verdad te dicen que «no», que no hay presupuesto. Una excusa típica que no es real, pero que no puedes rebatir.



¿Hay alguna forma por la que puedas conseguir que cambien de opinión? ¿Y si entra una persona nueva al departamento? ¿Te podrá ayudar? Seguramente tampoco. Pero Cathy Hendry, experta en empleo, economía y finanzas tiene la clave para que los directivos de tu compañía aumenten tu salario, aunque con algunas advertencias.

¿Está todo perdido?
Sabemos lo que sientes: atrapado en tu rutina actual, teniendo que pagar más facturas y con un nivel de trabajo que ha crecido exponencialmente. Echaron a alguno de tus compañeros, no contrataron a nadie más y tus tareas son ahora las de los dos, pero ¿y tu cuenta bancaria? Sí, sigue igual. ¿Qué debes hacer? La experta dice que «aprietes los dientes y lo hagas».



Pero no solo esto, también cree que es bueno que preguntes si creen que te están pagando un salario justo. «Si quieres que te suban el sueldo debes apoyarte en tus logros y habilidades y argumentar bien para que vean que no inventas nada», asegura. «Si inicialmente te dice que ‘no’, es recomendable que solicites una revisión de de lo que cobras tres o seis meses después de la primera vez», añade.

Esta actuará como un periodo de prueba y te dará como empleado la oportunidad de mostrar lo que puedes hacer.

Siempre hay un momento perfecto para pedirlo: cuando se preparan los presupuestos anuales. Si puedes averiguarlo y lo pides antes de que los cierren, es posible que entre en la planificación de tu empresa.

Debes tener en cuenta también la política de la compañía, cómo fija los salarios, si tiene un rango salarial para cada categoría y resulta inamovible… o simplemente les da igual y es un «cajón de-sastre».

Así, cuando haya pasado ese tiempo, puedes elaborar un pequeño informe con todo lo que has conseguido en los últimos días. «El mejor momento para preguntar sobre lo que estás cobrando es cuando tienes otra oferta. Es cuando realmente te valoran.

Puede que tengas suerte y quieran seguir contigo o simplemente no les tiemble la mano y dejen que te marches. No hay término medio. Lo que no debes hacer es mentir y decir que planeas irte porque puede tener consecuencias adversas», explica.

Honestidad
«Si hay numerosos intentos fallidos de obtener una subida lo mejor es que te des por vencido y empieces a buscar otras oportunidades», comenta la experta. Además, si eres hombre tienes un 20% más de posibilidades de que te hagan caso que si eres mujer.

Contrariamente a la creencia de que ellas son demasiado tímidas para pedir más dinero, Harvard ha publicado unas estadísticas que lo niegan.

Sin embargo, se demostró que la disparidad no era «intencional» a pesar de que las féminas se encontraban en «desventaja»: muchos más varones son calificados como «sobresalientes» en las revisiones que las mujeres porque existe un cierto sesgo y sus evaluaciones son más duras y más críticas.

No te rindas
Lo primero es no estresarse. Aunque estés bien en tu puesto de trabajo si crees que no hay posibilidad de crecer, empieza a buscar nuevas oportunidades.

Es solo un trabajo, y como este hay cientos. Y seguro que mejores. No vas a empezar a deprimirte, agobiarte o tener ataques de ansiedad porque un directivo no tenga ni idea de la labor que desempeñas.

Antes de mandarlo todo a paseo elabora un plan. Investiga cuánto vales en el mercado. No vaya a ser que sea peor el remedio que la enfermedad. Como dicen los refranes populares: «Quién no llora, no mama», pero «una retirada a tiempo siempre es una victoria».

Así que si ves que después de armarte de valor y probar un par de veces a que suban el sueldo no lo hacen, empieza a buscar otro sitio donde te valoren y vean lo bueno que eres en tu trabajo y todo lo que puedes conseguir.