Llega la niebla y lo cambia todo. Pero, cuidado: la fotografía en la niebla es una suerte fotográfica que tiene sus misterios. Si no andas con ojo, donde podrías tener una instantánea llena de misterio, te quedas con una foto plana, sin expresividad ¿Quieres saber cómo evitarlo?
No se trata de corregir la luz: Se trata de aprender a jugar con la que hay.
Antes de salir a ahí fuera es muy importante centrar las expectativas.
Cometerás un error si pretendes poner todo tu saber al servicio de intentar disimular que hay niebla; intentar conseguir grandes contrastes y colores luminosos.
La luz en días de niebla es muy distinta a la de días despejados. Las mejores fotos de niebla son aquellas que le sacan partido a ese tipo de luz, no aquellas que tratan de disimularla.
Y Qué Tipo de Luz y Ambiente es Ese de la Niebla?
La niebla es como una gran caja de luz que dispersa los rayos y suaviza la luz, salvo que esta dispersión en lugar de producirse desde una superficie, se produce a lo largo de montones de partículas en suspensión.
En la niebla la luz es mucho menos intensa. La visibilidad se reduce, y las escenas son mucho más difusas y menos nitidez. También el contraste y la saturación de los colores se ven considerablemente mermadas.
Ya sabes: ni la luz intensa, ni la saturación, ni el contraste, ni la nitidez. Así que, mejor jugar con otros elementos. Pero, ¿cuáles?
Juega con Los Haces de Luz
Las partículas en suspensión de la niebla provocan que los haces de luz tomen una visibilidad inusual, algo que no sucede en otro tipo de situaciones.
Desde la luz de una farola en la noche, hasta un pequeño claro en un tupido bosque te pueden proporcionar el motivo ideal para una genial foto en la niebla.
Si los haces de luz van a ser tus protagonistas, cuida mucho el punto desde el que tomas la foto. Busca darles cierto recorrido en tu instantánea. Sitúalos en un punto de interés y juega con ellos, como juegas con las líneas en composición.
Prueba con las Siluetas
Otro de los efectos de la niebla es que, en ocasiones, acentúa el contraste del contorno de los objetos porque, lo que hace realmente es reducir el contraste de la parte interior de los mismos.
De esta manera, las siluetas, en la niebla ganan en protagonismo, especialmente en situaciones de cierta contraluz.
Y Reducidas Profundidades de Campo
La visibilidad en la niebla se reduce considerablemente. Tanto más, cuanto más densa es ésta. Y, como consecuencia, uno de los efectos es que la profundidad de campo se reduce. En este caso, no es una cuestión de enfoque. Es otra forma de reducir la profundidad de campo. Y es otro elemento con el que podemos jugar en los días de niebla.
Échate Atrás y Dispara desde Fuera
Otra forma muy interesante de sacar partido a la niebla consiste en no disparar «dentro» de ella. Sino echarse atrás y captar cómo la niebla «se posa» sobre el paisaje. Un escenario típico consiste en la foto de la niebla sobre el valle cuando asciendes por las laderas de las montañas. Y los resultados suelen ser espectaculares. Te animo a que lo pruebes.
Importante: Cuidado con la Exposición
Hay un detalle más, importante a la hora de disparar en niebla. La cuestión es que la niebla también tiene la capacidad de «engañar» a tu cámara haciéndole creer que la cantidad de luz disponible es superior a la real. Por eso, en condiciones de niebla y en modo automático, las fotos suelen quedar infraexpuestas. Así que toca, o compensar la exposición en positivo, o jugar en manual. Te recomiendo que hagas pruebas de campo y, si tu cámara lo permite, que te apoyes en el histograma para decidir el nivel de exposición ideal.
¿Algún Consejo de tu Cosecha?
¿Alguna idea o recomendación más a la hora de disparar en la niebla? Es tu turno: ¡cuéntanoslo en los comentarios!