Los niños de hoy -con sus videojuegos fotorrealistas, acceso a un conocimiento infinito y la capacidad de ordenar literalmente cualquier cosa por capricho con solo apretar un botón- podrían argumentar que están viviendo en un mundo en el que los adultos solo podrían soñar. Aquellos de nosotros que crecimos en el pasado disentimos.
Tener que elegir entre el teléfono o internet (década de 1990)
Quieres chatear con tus amigos en línea, pero tu madre está sosteniendo una conversación interminable con Susan sobre la top (blusa) de Dolce & Gabbana que recientemente sacó de Century 21. La pelea fue muy real.
Jugar «Snake» por horas (década de 1990)
Además de contar las gotas de lluvia y los postes de teléfono, esta era la única forma de diversión en los viajes largos que hacías por carretera.
Lucir el cabello con puntas glaseadas (década de 1990)
Por un momento en un período delirantemente inocente antes del 11 de septiembre en la historia de Estados Unidos —cuando *NSYNC (arriba) reinaba y Jim Carrey era un actor serio de cine—, era la norma para los hombres lucir el estilo equivalente al glaseado de panquecitos en su cabello. ¡Qué momento para estar vivo!
Pasar notas manuscritas en clase (década de 1990)
Antes de los mensajes de texto, esta era la única forma en que tu enamorado podía saber que estabas locamente enamorado de él. Y para ver los gestos más románticos del pasado.
Recordar rebobinar las cintas VHS rentadas de Blockbuster antes de devolverlas (década de 1990)
Nada era peor que tomar una copia de una película de acción de Nicolas Cage en la tienda de rentas de cintas y llegar a casa para descubrir que el último tipo que la usó no se molestó en presionar rebobinar. Honestamente: ¡¿Qué grosero?!
Garabatear esta «S» una y otra vez (década de 1990)
Nadie sabe realmente por qué lo hicimos, pero todos lo hicimos.
Tratar de arreglar una cinta averiada (década de 1990)
Trata de imaginarte que tu cuenta de Spotify no funciona. Ahora, toma esa sensación de desaliento y multiplícala por mil. Entonces sabrás lo que realmente se siente tener, literalmente, en tus manos los restos de tu cinta averiada que tiene la mezcla de canciones de Alanis Morrisette.
Esforzarte por encontrar el CD correcto (década de 1990)
Todos tenían uno de estos estuches gigantes e, inevitablemente, el DVD o CD que realmente estabas buscando misteriosamente no estaba.
Envolver tus controles de Nintendo para que no se enreden (década 1990)
Además de soplar en los VHS y en las cintas de casete para revivirlas mágicamente, esto era un clásico de los 90.
Sentir que eras el niño más genial en la escuela cuando tenías un Beeper (década de 1980)
Mientras que los localizadores pueden parecer anticuados de acuerdo con los estándares actuales, pero en los años 80, si tenías uno, no podías ser más genial. Claro, había que aprender un millón de códigos para entender qué era lo que te intentaban comunicar las personas, y tener acceso a un teléfono fijo para ponerte en contacto con cualquier otra persona, pero no se podía negar que un localizador era lo máximo en cuanto a accesorios de alta tecnología en su tiempo.
Divertirte mucho con tu calculadora (década de 1990)
Todos en la escuela primaria sabían lo que «58008» deletreaba si lo veías de cabeza (boobs, es decir, senos). Y sí, era lo más divertido en la historia
Ver cómo moría tu Tamagotchi (descanse en paz) (década de 1990)
Fue una de las locuras más extrañas de los años 90, una «mascota digital» que podías ver crecer, y sí, morir. Cuando tu Tamagotchi anunciaba que iba a dejar de existir, lo hacía con un «Adiós» pasivo-agresivo. Los niños de hoy no tienen idea de lo afortunados que son.
Estar totalmente aterrorizado por Chucky en ‘Child’s Play’ (década de 1980)
Había muchos villanos en la vida real en los 80 a los que había que temer, pero ninguno te asustaba tanto como la amenaza pelirroja conocida como Chucky. De hecho, los actos malvados del muñeco te daban tanto miedo que comenzabas a sospechar de tus propios juguetes.
Escuchar tu música favorita en una radiocastera portátil (década de 1980)
Mientras los discos rápidamente eran reemplazados por los casetes, la música se volvió instantáneamente más portátil en la década de 1980. Y con la llegada de la radiocasetera portátil, podías llevar tu música favorita a donde sea que fueras, y de preferencia, compartiéndola con todos los que te rodeaban mientras ponías el aparato entre el cuello y el hombro. Imagen a través de Instagram/@katmathis418
Tener tu primera computadora (década de 1980)
IBM presentó su primera computadora personal, PC de IBM, en 1981. Aunque pasaría al menos una década antes de que todos tuvieran una computadora, si tenías un Commodore 64 a principios de los 80, en verdad estabas en el juego.
Pasar horas intentando dominar el Pac-Man en tu Atari (década de 1970)
Por supuesto, Pong no fue el único videojuego que ocupó horas de tu tiempo después de la escuela. También fuiste adicto a la emoción de aventajar a esos molestos fantasmas en Pac-Man.
Rogarle a tus padres para que te llevaran a Walt Disney World (década de 1970)
Si bien los niños de hoy han ido a los parques temáticos de Disney por décadas, los niños de los 70 fueron los primeros en ver Walt Disney World en todo su esplendor cuando el parque abrió sus puertas el 1 de octubre de 1971. Por supuesto, les suplicabas a tus padres cada verano para que olvidaran tu viaje a la casa de tus abuelos y te llevaran allá.
Escandalizar a tus padres usando una minifalda (década de 1960)
Aunque es un tema de debate quién fue el inventor de la minifalda, estos dobladillos que eran más cortos se convirtieron en furor entre las mujeres jóvenes en la moderna calle Oxford de Londres, y no pasó mucho tiempo antes de que cruzaran el océano. Pronto se convirtieron no solo en un elemento básico de la moda, sino en un símbolo del movimiento de liberación de las mujeres, y para el final de la era, surgió una versión aún más corta llamada «microfalda».
Pensar en secreto que el estilo hippie era genial (década de 1960)
Con su afición por el amor libre, la desnudez, la música rock y las sustancias ilícitas, criar a un hippie era la peor pesadilla todos los padres de los 60. Pero incluso si no seguías su estilo de vida psicodélico, no podías evitar pensar que todos esos colores tierra, los vestidos sueltos y el cabello descuidado eran geniales.
La comodidad de usar pantalones de campana que te ajusta bien después de usarlos (década de 1960)
Los pantalones acampanados, un estilo de prenda diseñada con la parte inferior en forma de campana, se convirtieron en furor para hombres y mujeres. Te hacían lucir como si tuvieses pantorrillas del tamaño de un elefante, pero, ¿por qué eran tan cómodas después de unos pocos lavados?
Pasear en bicicleta banana (década de 1960)
La bicicleta banana —también conocida como bicicleta para hacer caballitos, elevada y estilo spyder— consistía en manubrios en forme de U profunda, un asiento tipo banana con barra tubular y ruedas pequeñas. Fueron diseñadas para parecerse a una motocicleta estilo chopper, y si eras un niño, nada era más genial que recorrer la calle en uno de estos nenes.
Llamar a tus amigos en un teléfono de disco (década de 1950)
Si bien llamar a un amigo hoy es tan fácil como instruir a Siri para que haga tu voluntad, en la década de 1950 era un proceso largo. Cada vez que querías marcar un número, tenías que esperar a que el disco giratorio volviera a su posición original antes de marcar el siguiente.
Tener tu primer televisor a color (década de 1950)
En la década de 1950, todo lo que se necesitaba para ser el niño popular de la escuela era tener una televisión a color para que todos los compañeros de tu clase pudieran ir a ver «Bonanza». A pesar de que la mayoría de los pogramas solo se presentaban en blanco y negro, era suficiente para presumir que tenías ese televisor nuevo y flamante.