El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, dijo este martes que el presidente estadounidense, Donald Trump, miente cuando afirma que su gobierno entregó a este territorio estadounidense 91.000 millones de dólares para recuperarse del azote de dos huracanes seguidos en 2017.
«Señor presidente: ¡Deje de difundir falsa información! Puerto Rico no ha recibido 91.000 millones de dólares», tuiteó Rosselló luego de que el Senado de Estados Unidos bloqueara el lunes miles de millones de dólares destinados a aliviar desastres debido a la negativa de Trump de enviar más socorro a esta isla estadounidense en el Caribe.
Rosselló afirmó que Puerto Rico, que quedó completamente devastado y pasó meses sin electricidad tras el paso de Irma y María en septiembre de 2017, había recibido solamente 300 millones de dólares.
Trump había tuiteado antes que «Puerto Rico recibió 91.000 millones de dólares por el huracán, mucho más dinero que nadie recibió nunca antes por un huracán, y todo lo que hacen los políticos locales es quejarse y pedir más plata».
«Ese lugar es un desastre, nada funciona», añadió el presidente.
Rosselló, quien la semana pasada dijo a CNN -refiriéndose a Trump- que estaría dispuesto a darle un puñetazo «al hostigador» en la boca, respondió: «Evidentemente usted ha sido mal informado por sus asesores».
Comparando el desastre de María con el que dejó el huracán Katrina en 2005 en Luisiana, el gobernador Rosselló afirmó que este estado del sur había recibido «120.000 millones en apoyo federal, mientras Puerto Rico no ha podido gastar un sólo dólar del dinero ya asignado por el Congreso».
«Ese ‘lugar’ al que usted se refiere es Puerto Rico, hogar de tres millones de estadounidenses orgullosos que aún se recuperan de la tormenta y necesitan asistencia federal. Nosotros no somos sus adversarios, somos sus ciudadanos», dijo el gobernador, pidiendo al Senado que apruebe la asignación de fondos.
Días después del azote de María, cuando la cifra de fallecidos estaba en 16, Trump minimizó la gravedad de la tragedia. Imágenes del presidente lanzando toallas de papel a las víctimas fueron consideradas ofensivas y su administración fue acusada de no responder adecuadamente al desastre.
Luego, al oficializarse un año después la cifra de 3.000 muertos, Trump la consideró exagerada y desestimó las críticas a su gestión.
Rosselló respondió entonces por primera vez al presidente acusándolo de haber demorado la respuesta por el «colonialismo» con el que Washington trata a la isla.