El opositor Juan Guaidó quedó bajo amenaza de arresto, luego de que la Asamblea Constituyente oficialista lo despojara del fuero parlamentario y autorizara enjuiciarlo por haberse proclamado presidente interino de Venezuela.

Aunque no existe orden de detención, Guaidó no descarta que pueda terminar preso, una amenaza que promete enfrentar con más presión de calle e internacional contra el mandatario socialista, Nicolás Maduro.



Reconocido como gobernante encargado por más de 50 países encabezados por Estados Unidos, el jefe legislativo presidirá un acto en la barriada caraqueña de Petare la tarde del miércoles.



«Sabemos que es un riesgo, estamos conscientes de eso, pero no nos vamos a salir de la ruta», dijo la noche del martes.

Para Cecilia Sosa, expresidenta de la Corte Suprema de Justicia, «cualquier cosa puede suceder, pues los hechos ocurridos no tienen explicación jurídica, sino política».

El proceso continuará en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) por tratarse de un caso político, pero la Fiscalía podría presentar cargos por delitos ordinarios, comentó Sosa a la AFP.

El oficialismo tiene influencia en ambos órganos.

«Temo que lo detengan, pero estoy a la expectativa de que lo hagan para ver la reacción internacional. Será la prueba de fuego», dijo a la AFP el administrador Enrique Martínez, seguidor de Guaidó de 32 años.

Empeñado en quebrar el principal sostén de Maduro, los militares, el diputado les lanzó un desafío: «Quiero saber quién de las Fuerzas Armadas o de los cuerpos de seguridad se va a prestar para secuestrar al presidente de la República».

– Más protestas –

Guaidó, de 35 años, fue detenido durante una hora el pasado 13 de enero, en lo que Maduro atribuyó a una acción independiente de agentes de inteligencia que fueron sancionados.

«Habrá justicia», advierte sin embargo el líder socialista a su adversario.

Guaidó se autoproclamó presidente interino el 23 de enero, luego de que el Parlamento de mayoría opositora declarara a Maduro «usurpador» por haber iniciado un segundo mandato, el 10 de ese mes, que asegura resultó de elecciones fraudulentas.

Para rechazar el levantamiento del fuero, Guaidó, ampliamente popular, llamó a protestar el próximo sábado, fecha en que ya estaba previsto un ensayo de su llamada «operación libertad».

Como es costumbre, el chavismo convocó a una contramarcha.

De momento solo ha adelantado que la «operación libertad» prevé una movilización nacional hacia el palacio presidencial de Miraflores, en Caracas, para asumir su control en fecha no establecida.

Esa marcha promete caldear aún más los ánimos, en momentos en que millones de personas padecen los rigores de masivos apagones y los cortes de agua que los acompañan desde inicios de marzo.

«Si detienen a Juan, hay que armar el peo (conflicto)», declaró a AFP Yamile Vargas, enfermera desempleada de 51 años.

La corte suprema abrió el pasado 29 de enero una investigación contra Guaidó por presuntamente usurpar las funciones de Maduro, quien además lo acusa de planear un atentado en su contra.

Entonces, le prohibió salir del país, medida que el legislador ignoró en febrero al hacer una pequeña gira latinoamericana. El TSJ alegó esa violación para pedir el retiro de la inmunidad.

– Detenerlo o desgastarlo –

La Constitución establece que el TSJ es la «única autoridad que podrá ordenar, previa autorización de la Asamblea Nacional (Parlamento)», la detención y continuar el enjuiciamiento de los diputados.

Pero la máxima corte declaró al Parlamento en desacato en 2016 y considera nulas sus decisiones. En la práctica, la Constituyente asumió las funciones del Legislativo, por lo que fue a ese órgano que el TSJ pidió el lunes quitarle el fuero a Guaidó.

El cerco en su contra incluye la reciente inhabilitación que le impuso la Contraloría para ejercer cargos públicos durante 15 años, y que también desconoció.

«Lo pueden detener o seguir jugando al gato y al ratón para desgastarlo», comentó Sosa.

Venezuela está hundida en la peor crisis socioeconómica de su historia moderna, con escasez de alimentos y medicinas e hiperinflación, lo que según la ONU ha provocado el éxodo de unos 2,7 millones de personas desde 2015.

Cientos de venezolanos saltaron el martes las barricadas que impiden el paso por un puente fronterizo con Colombia desde febrero, bloqueado por orden de Maduro.

Según Guaidó, decenas de presidentes y cancilleres lo han llamado por teléfono para expresarle preocupación por el despojo de su investidura.

El opositor no ha descartado pedir al Congreso que autorice el ingreso de una misión militar extranjera; Estados Unidos, su más ferviente aliado, tampoco excluye una acción armada.

«¿Qué más vamos a esperar, que el régimen meta preso al presidente Guaidó?», cuestionó la dirigente María Corina Machado, al pedir este miércoles la activación de un artículo que autoriza dichas incursiones.

Los constituyentes agitaron esta cuestión para acusar a Guaidó de «traición a la patria», delito castigado hasta con 30 años de cárcel.