La 22 Feria Internacional del Libro concluyó el domingo con una última jornada de 62 actividades programadas, una rueda de prensa del Ministerio de Cultura, una liquidación de libros envuelta en la mercadológica idea del “Fin de semana negro” y la celebración del 75 aniversario del poema Hay Un país en el mundo, de Pedro Mir (en el pabellón de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, de la Fortaleza Ozama a las cuatro de la tarde.

Cultura presentó en rueda de prensa en capilla de los Remedios, -sede del país invitado, Puerto Rico- los resultados de las ventas y el programa de más de 600 eventos en 12 centros culturales, 10 museos y tres plazas. Esta última jornada dominical está dedicada al dramaturgo Reynaldo Disla.



El público ayer las calles coloniales en que se ha conmemorado la 22 Feria del Libro que concluye este domingo.

El sábado, la feria se sentía Feria: calles, plazas y callejuelas coloniales, estaban rebosadas de público juvenil, familia y lectores, además de personas que cultivan la literatura y las artes. Las ventas se percibían muy activas, aun cuando algunos libreros sostienen que la actividad comercial con el libro no estuvo bien sobre todo al principio del evento.

El programa cultural se vio respaldado por gran cantidad de publico real (no el de los estudiantes que son llevados por sus profesores por requerimientos académico o para cumplir el requisito de las 60 horas de trabajo voluntario, lo que implica que no es tan “voluntario” para ser una especie de “escenografía viva” que se mueve de un evento a otro por compromisos reglamentarios.



Ayer, se presentó la conferencia del profesor Julito Fulcar Encarnación, presidente del Consejo Nacional de Cooperativas, en Tribuna Libre (CODIA), sobre las razones para ser un cooperativista. Ese sector ha tenido en esta entrega ferial, su participación más destacada: monto una Caseta en Fortaleza Ozama, ofreció talleres diarios de Origami en el Centro Cultural Banreservas, circulo el libro La Vía Cooperativa y hoy cierra con la actividad de Fulcar.

El cambio de espacio ferial seguirá siendo objeto de debates entre quienes consideran que es un mejor hogar para la fiesta de la cultura, entre quienes se inscribe el Ministro de Cultura Eduardo Selman, y quienes siguen objetando la falta de parqueos, el solazo por ausencia de árboles.

La Plaza de la Cultura, inutilizable por la remodelación de los museos de Arte Moderno, Historia y Geografía y del Hombre Dominicano.

La pregunta es: ¿Cual otro ambiente de la ciudad podría haber sido el mejor para montar la Feria del Libro?

La Plaza del Conservatorio, que fue hogar del evento en cinco oportunidades a principios de los anos dos mil, ya resulta pequeño; bajo techo pudo haber sido el centro de convenciones de Sans Souci, o tal vez el del

Ministerio de Relaciones Exteriores, o el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte (cuyo uso sin dudas provocaría protestas y choques con el sector olímpico) y todos marcados por la falta de suficientes parqueos respecto de la avalancha de vehículos livianos y autobuses que llegan al recinto ferial.

Sostiene el ministro Selman que la existencia de monumentos y museos, la disponibilidad de centros culturales, y la oferta a los visitantes de establecimientos que ofrecen hospedaje, gastronomía y entretenimiento junto a los libros y las actividades culturales y artísticas, conforman un panorama que no se había tenido antes en un solo entorno.