Al rededor de las estructuras giran mitos que relacionan al diablo con su construcción y la búsqueda de almas humanas. Asombrosas estructuras y enigmáticas historias son los atractivos principales de cinco puentes de España. Las infraestructuras se conocen como los “Puentes del Diablo”, esto gracias a las narrativas que se conocen de ellos.
Según las narrativas que por años se han transmitido de generación en generación los puentes fueron construidos por el Diablo, con su ayuda y en contra de sus deseos.
Puente del Diablo, Castrejana
La estructura está situada en la provincia de Vizcaya y forma parte de la ruta de la Costa del Camino de Santiago. En el siglo XIV era considerado un elemento fundamental del Camino Real para atravesar el río Cadagua. El puente fue construido por Pedro Ortiz de Lequeitio y está hecho con sillares de piedra arenisca formando un solo arco de medio punto.
La leyenda más antigua que gira al redor de la estructura es la de una joven que vendió su alma al diablo a cambio de un puente que le permitiera cruzar la otra orilla del Cadagua, donde vivía su amado. Cuando el puente estaba a punto de ser terminado, la joven se arrepintió y utilizó el canto del gallo para ahuyentar al diablo. Entonces pudo salvar su alma y cruzar el puente para estar con su amado.
Puente del Diablo, Martorell
Situada entre las localidades catalanas de Castellbisbal y Martorell, sobre el río Llobregat. La estructura forma parte de la Vía Augusta, fue construida alrededor del año X a.C. Hasta la fecha aún se conservan los estribos del puente que fueron hechos con grandes sillares. También se visualizan las inscripciones de las legiones que trabajaron en él. Este puente fue destruido por el río y luego reconstruido como puente gótico con un solo arco y restaurado en 1768 por el ingeniero Juan Martín Cermeño. También el arco central fue destruido durante la Guerra Civil y reconstruido en 1963, manteniendo la estructura gótica. La leyenda de este puente inicia con la historia de una anciana que día tras día iba a buscar agua a la fuente que había en la otra orilla y para llegar debía de saltar de piedra en piedra, mojarse los pies y esto le causaba enfermedades.
Una mañana, cuando estaba junto a la orilla, a punto de pasar el río, se le apareció el diablo y empezó a negociar con ella:
– ¿Qué hace usted pasando el río de esta manera? ¡Con mi gran poder, haré que no tenga que cruzarlo nunca más!
– ¿Cómo? – preguntó la anciana sorprendida.
– Dame una noche y te construiré el puente más bonito que jamás hayas visto.
– ¿Seguro? – preguntó ella.
–¿Acaso dudas de mi palabra? –respondió el Diablo– Y no os va a costar ni un real. Me conformo con quedarme con el alma del primero que cruce el puente.
Entonces la anciana cansada de su sacrificio para cruzar el río, aceptó el trato. El diablo estuvo trabajando toda la noche y cuando los primeros rayos del sol salían el puente ya estaba terminado. El diablo se escondió tras el arco del puente, en la otra orilla, esperó a que llagara la anciana para que cruzara sobre el puente en busca del agua para así quedarse con su alma. Sin embargo, la astucia de la anciana desmoronó sus planes porque cuando ella llegó sacó un cesto que llevaba colgando del brazo y de ahí salió un gato negro. El gato asustado empezó a correr puente arriba. Desde ese día, según la tradición popular, todo el mundo puede cruzar el puente sin miedo, mientras el diablo se esconde y mira a las personas sin poder hacer nada, junto al alma del gato negro.
Puente del Diablo de Tarragona
Puente del Diablo de Tarragona, este es un fragmento del acueducto de les Ferreres y canaliza el agua a la ciudad del río Francolí; fue construido en el siglo I a. C. por Augusto y se utilizó hasta mediados del siglo XVIII. Es una estructura de dos niveles con arcos superpuestos y construido en una obra de sillares unidos en seco. La arquería ha sido designada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, gracias a que es uno de los monumentos de la época romana que se conserva en extraordinario buen estado.
La leyenda del puente:
“La construcción iba adelante y cuando ya estaban listas las dos hileras de arcadas, los fuertes vientos y la furia de las tormentas derribaron el puente. El maestro constructor al ver el derribo del puente dijo desesperado que tan sólo el demonio podía hacer un puente de mil años de duración. Hecha esta afirmación se le presentó de repente Satanás y le dijo que él levantaría un puente esa misma noche con piedra de la cantera del Médol, lo que permitiría que su duración fuera casi eterna. A cambio de la construcción se le ofrecieron al diablo treinta bolsas llenas de moneda de oro y de plata. Más él no quería dinero, sólo quería el alma del primero que bebiera el agua que pasara por el puente. Y trato es trato. El puente fue construido y al día siguiente el demonio esperaba al otro lado del puente el cumplimiento de la palabra dada. Mientras tanto, el maestro y sus operarios desde la otra parte del puente le enseñaron un asno que fue el primer habitante que bebió de aquella agua”.
Puente del Diablo, Cardona
El puente de Cardona, Barcelona, se mandó a construir en la primera mitad del siglo XIV para sustituir al de San Juan. El diseño inicial tenía seis arcos que eran de mayor altura que el de su vecino, pero al final solo se construyeron dos centrales de 59.25 metros de largo y el arranque de los extremos.
Puente del Diablo, en San Miguel de Pedroso
La estructura fue construida en 1929 en sustitución del antiguo puente de madera de Magazos sobre el río Tirón. Bajo él se encuentran unas pozas que son frecuentadas por los vecino de la zona en épocas de festivales.
Según las leyendas, el puente fue bastante costoso de construir porque cada vez que se acababan las obras, las crecidas del río lo desmoronaban, por eso los trabajadores terminaron llamándolo Puente del Diablo. Las personas aseguran que seres mitológicos con pies de pato y cuerpo de mujer habitan en las proximidades del puente. Otra leyenda, también atribuida a este puente, cuenta que el trabajo que los obreros hacían por el día al llegar la noche venía el diablo y lo deshacía. La gente del lugar empezó a decir que el puente era obra del diablo y de ahí su nombre.
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