París, Francia. El abuso de los platos industriales «ultraprocesados» aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares y de muerte, según dos estudios europeos realizados entre más de 120.000 personas y publicados este jueves.

Estos nuevos estudios, aunque no demuestran una relación directa causa y efecto, refuerzan los argumentos de trabajos anteriores que relacionaban los platos altamente procesados con un mayor riesgo de obesidad, hipertensión e incluso cáncer.



Los alimentos se consideran ultraprocesados cuando han sido sometidos a procesos de elaboración industrial (aceite hidrogenado, almidón modificado, etc.) y contienen muchos ingredientes, incluidos aditivos.

Un plato preparado, sin aditivos, congelado o no, no forma parte de este grupo. Pero la mayoría de los platos listos para calentar, las sodas azucaradas o con edulcorantes, los «filetes» vegetarianos reconstituidos con aditivos, las salchichas, las sopas en polvo y los aperitivos en general están entre ellos.



Generalmente son más ricos en sal, grasas saturadas y azúcar, y pobres en vitaminas y fibras, según los investigadores. A ello hay que añadirles los elementos contaminantes procedentes de los envoltorios y los contenedores plásticos.

Este tipo de alimentos representa más de la mitad de los aportes energéticos en numerosos países occidentales, según el INSERM francés (Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica).

Los dos estudios, realizados entre más de 100.000 adultos franceses y cerca de 20.000 licenciados universitarios españoles, aparecieron en el British Medical Journal (BMJ).

El estudio español, dirigido por Maira Bes Rastrollo, de la Universidad de Navarra (Pamplona, norte), evalúa las posibles asociaciones entre la ingesta de alimentos ultraprocesados y el riesgo de fallecimiento, sea cual sea la causa. Se elaboró a partir de 19.899 licenciados universitarios españoles (entre ellos 12.113 mujeres) de una edad media de 38 años.

Según este estudio, el mayor consumo de alimentos ultraprocesados (más de 4 porciones al día) se asocia con un riesgo de mortalidad, incluidas todas las causas, 62% superior en comparación con un menor consumo (menos de 2 porciones al día).