Los Bravos estaban metidos en un problema en la segunda entrada del juego del martes contra los Cachorros en el Wrigley Field. Tres boletos otorgados por Max Fried habían llenado las bases con apenas un out.

Y entonces las cosas se pusieron raras.



El lanzador venezolano de los Cachorros, Adbert Alzolay, entró a batear y trató de hacer un toque de bola. Lo que sucedió después fue una serie de outs robando, primero tocando al puertorriqueño Javier Báez, demasiado agresivo, entre tercera y el plato y luego al venezolano Willson Contreras, quien intentó llegar hasta la tercera en la secuencia:

Ahí lo tienen, un doble play salvador sin que la pelota ni siquiera fuera puesta en juego por el bateador. Un poco raro, pero sin duda gratificante para los Bravos, probablemente frustrante para los Cachorros y muy entretenido para los seguidores imparciales.
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