Cuando enfrenta una crisis, ¿cuál es su primera reacción? Lo más natural es intentar solucionar el problema. Sin embargo, Dios nos da una manera diferente de manejar los problemas.

David no era ajeno a la presión o a las apariciones repentinas del mal. Cuando escribió el Salmo 57, pasaba por muchos problemas, entre ellos la persecución del rey Saúl, que quería asesinarlo (1 S 24). La reacción del pastor de ovejas fue clamar a Dios y refugiarse en Él hasta que la tribulación hubiera pasado.



Aprendamos del ejemplo de David examinando sus palabras. El pasaje de hoy tiene mucho que enseñar acerca de Aquel a quien él clama.

Primero, David se refiere a Dios como el “Dios Altísimo”. Con todo su poder y sabiduría, es el único que puede ayudarnos.



Segundo, dice que Dios es nuestro refugio. Si es un lugar de refugio para nuestra alma, entonces no debemos temer. Se mantiene a nuestro alrededor y nos protege cuando surgen las crisis que nos dejan sintiéndonos indefensos.

Tercero, el salmo expresa plena confianza en el Todopoderoso, es decir que Dios hará todo lo que haga falta para que se cumpla su voluntad. Hará lo que sea necesario para intervenir a nuestro favor, llamar a cuentas a quienes se nos opongan, y para rodearnos de su amor y su verdad.

Durante su tiempo en la Tierra, la vida y el ministerio del Señor estuvieron llenos de aflicción. Por tanto, podemos acercarnos a Él cuando nuestros sentimientos se desborden. Si su corazón está turbado, clame al Señor. Sepa que viene ante el trono de Aquel que es un protector poderoso, capaz y dispuesto a hacer todo lo que usted necesite.

Fuente Encontacto.org