Santo Domingo. El ex rector de la Universidad Apec, doctor Radhamés Mejía, advirtió que no es posible consolidar un sistema de educación superior que responda a las necesidades de desarrollo económico y social del país con profesores universitarios que imparten hasta 60 horas de clases semanales de docencia y ganan salarios de entre 3 y 20 dólares la hora.

Mejía hizo el señalamiento en su discurso de ingreso como Miembro de Número de la Academia de Ciencias de la República Dominicana.



En su discurso “La Profesión Académica en la República Dominicana: Oportunidades y Amenazas”, Mejía recordó que la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030 expresa la necesidad de “establecer un sistema nacional de acreditación de profesores y carrera académica”.

Expresó que esos profesores que imparten 40 y 60 horas de clases semanas, trabajando a tiempo completo en un centro de estudios, se ven en la necesidad de emplearse en otras instituciones para aumentar sus ingresos y vivir con dignidad.



Manifestó que, trabajando en esas condiciones, los profesores universitarios carecen de tiempo suficiente para desarrollarse profesionalmente, mejorar su trabajo docente y los procesos de investigación.

“Estos elementos son fundamentales para un ejercicio profesional de las funciones de docencia y de investigación que debe realizar un profesor universitario hoy”, manifestó el académico.

Mejía atribuyó a las condiciones de trabajo y salariales que sólo el 3 por ciento de los profesores universitarios del país hacen alguna actividad de investigación.

Agregó que, en general, los profesores universitarios del país “tienen escasa producción intelectual reflejada en publicaciones en revistas reconocidas de su área profesional o de su ejercicio docente, así como escasa participación en congresos y eventos científicos en los que comparte con pares académicos sus experiencias.

Mejía advirtió que “si queremos estar en condiciones de responder exitosamente a los desafíos que tenemos en materia de educación superior, es de alta prioridad nacional colocar el desarrollo de la profesión académica entre las principales prioridades a alcanzar en los próximos años”.

”Es imprescindible que prestemos atención a las condiciones bajo las cuales se ejerce la función docente e investigadora a nivel de las instituciones de educación superior”, manifestó.

En ese sentido, sugirió promover un diálogo entre el Gobierno, las instituciones de educación superior, la comunidad académica, la definir los lineamientos generales de lo que debe ser la profesión académica en nuestro país, tomando en cuenta las exigencias del entorno internacional.

Además, Iniciar, cuando antes, la puesta en marcha de políticas públicas orientadas a la profesionalización de la actividad académica, entre otras prioridades.