En casi tres años, el presidente Donald Trump ha dejado clara su muy personal concepción de las relaciones internacionales, que no repara en sutilezas ni protocolos. Frente al desafío de su reelección en 2020, busca algo hasta ahora esquivo: un contundente éxito diplomático.
El magnate inmobiliario que golpeó el tablero político en Estados Unidos y culmina el año con la mancha de ser el tercer presidente del país en ser sometido a un juicio político, aunque también con lo que quizás sean sus más sólidas victorias diplomáticas: la muerte del líder del grupo yihadista Estado Islámico, Abu Bakr al Bagdadi y un nuevo acuerdo comercial con México y Canadá.
Trump cierra un año que estuvo lleno de sacudidas y giros inesperados, desde sus intentos por terminar con la guerra en Afganistán a su apuesta diplomática para sacar a Nicolás Maduro de Venezuela apoyando la proclamación de Juan Guaidó como presidente interino.
En relación a Afganistán, sorprendió invitando a los talibanes a negociaciones que luego declaró muertas y que acaba de resucitar.
No ha corrido la misma suerte con Corea del Norte: el republicano contaba con cerrar un histórico acuerdo con este hermético país, pero una cumbre muy esperada con su líder, Kim Jong Un, quedó en suspenso. Las conversaciones languidecieron y volvieron las amenazas, los lanzamientos de cohetes norcoreanos y la advertencia de un «regalo de Navidad» de Pyongyang si Estado Unidos no hace concesiones.
Aún más tumultuosa ha sido su agresiva estrategia comercial con China, que ha tenido a la comunidad internacional reteniendo el aliento en sucesivas ocasiones ante las expectativas, hasta ahora defraudadas, de que las dos mayores economías alcancen un acuerdo para levantar los aranceles por miles de millones de dólares que proyectan una sombra sobre el crecimiento global.
Inusitadas críticas entre sus correligionarios del Partido Republicano levantaron, por otro lado, los mensajes contradictorios hacia Turquía después de que Trump ordenara retirar las tropas estadounidenses de Siria, lo que abrió la vía para que Ankara atacara a los grupos kurdos aliados de Washington que combatieron a los yihadistas.
Luego, el mandatario aplicó sanciones a Turquía, aliado clave de la OTAN, por la comra de un sistema ruso de defensa de misiles.
Pero más allá de los puntos de conflicto, Trump el mandatario empresario rompió muchos cánones con su estilo, codeándose con algunos de los líderes más autocráticos del mundo y a veces enfrentándose a aliados cercanos, como ocurrió en la cumbre de la OTAN celebrada recientemente en Londres.
También rompió el consenso al retirarse del Acuerdo climático de París y del pacto nuclear con Irán, y al adoptar posturas muy favorables al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.
En su agenda nacional, en la que reducir la inmigración es una prioridad, Trump se ha convertido en el único líder que se enfrenta al estatus quo.
Antes de viajar a la cumbre de la OTAN no sólo se refirió a los desafíos en seguridad que suponen Rusia, Siria o Afganistán, sino que arremetió contra los aliados «morosos» que no están contribuyendo suficiente con el organismo.
«No ha sido una situación justa porque nosotros pagamos demasiado», dijo.
– Buscando éxitos –
Su campaña de 2020 comienza ensombrecida por el juicio político a que lo sometió la Cámara de Representantes tras acusarlo de obstrucción y abuso de poder al dilatar la entrega de ayuda para Ucrania para presionar a Kiev a que investigara a uno de sus principales rivales, el expresidente Joe Biden.
Brian Katulis, miembro del Center for American Progress, con una óptica izquierdista, calificó la política exterior como el «tema durmiente» de las futuras elecciones, pero dijo no extrañarle que Trump encuentre una manera de ponerlo en el tapete.
«Esta es una presidencia de programa de telerrealidad. Aunque no haya conseguido grandes logros, él afirmará que sí» lo hizo, dijo. «Utilizará a otros países y sus líderes para apuntalar su campaña de reelección».
Nile Gardiner, un exconsejero de la primera ministra británica Margaret Thatcher y hoy experto del centro de estudios conservador Heritage Foundation en Washington, afirmó que Trump ha logrado éxitos «significativos».
«Hemos visto que se le arrebató un 99% de territorio al grupo EI en Irak y en Siria. Todavía queda trabajo por hacer, pero éste es un enorme logro», dijo.
«La política exterior de Trump es prospectiva y no aislacionista», sostuvo Gardiner, y agregó que los líderes europeos «se están preparando para la muy fuerte posibilidad de la reelección de Trump».
Gardiner argumentó que Trump también había «debilitado significativamente» a Irán, donde han estallado protestas antigubernamentales a raíz de las sanciones estadounidenses.
Los críticos advierten, no obstante, que la línea dura ha sido contraproducente al reducir el cumplimiento del acuerdo nuclear de 2015 y alentar al régimen clerical de ese país a contraatacar en la región.
– «Esperar lo inesperado» –
Y mientras era sometido a un juicio político, el mandatario obtuvo una importante victoria legislativa al lograr que la Cámara de Representantes -controlada por la oposición demócrata- votara abrumadoramente a favor del acuerdo comercial T-MEC con México y Canadá, que sustituye al Tratado de Libre Comercio de América del Norte que estaba vigente desde 1994 y que Trump descalificó.
El T-MEC logró un raro consenso entre el presidente y los demócratas, que generalmente se oponen a los acuerdos de libre comercio, con medidas, por ejemplo, que elevan los estándares laborales en México.
En temas álgidos como Irán y Corea del Norte, Trump podrá al menos alegar haber adoptado un enfoque diferente al de sus predecesores, consideró Katulis.
«Es difícil señalar cuáles son de hecho los éxitos de Trump en política exterior», pues «el mundo es un auténtico caos», agregó.
Independientemente de los hechos, Trump afirmará «que Estados Unidos tiene una carga menor en el mundo» pues logró «que otros hicieran más».
Katulis dijo que el presidente ha machacado que «los extranjeros se han estado aprovechando de Estados Unidos» y que estará ansioso por hacer de la seguridad nacional un tema clave de política interna.