China lanzó el viernes un cohete espacial Larga Marcha-5, uno de los lanzadores más grandes y potentes del mundo y etapa crucial en su misión a Marte, programada en 2020.

El cohete fue lanzado desde el centro espacial de Wenchang, en la isla de Hainan, a las 20h45 locales (12h45 GMT), según imágenes difundidas en directo por la televisión estatal CCTV.



Videos colgados en la red social Weibo muestran a una muchedumbre congregada cerca del sitio de lanzamiento, aplaudiendo en el momento del despegue.

«Al cabo de más de 2.000 segundos, el satélite Shijian-20 fue puesto en órbita» precisó la agencia oficial Xinhua.



El satélite girará hasta a 36.000 km de la Tierra, según la revista especializada digitaljournal.com.

Se trata del tercer lanzamiento de la nave espacial desde 2016. Tras el primero, en julio de 2017, Pekín sufrió un sonoro fracaso en su ambiciosa conquista espacial, cuando el precedente Larga Marcha-5 se estrelló en el mar poco después del despegue.

Según el sitio especializado NASASpaceflight.com, el cohete lanzado el viernes lleva un satélite de telecomunicaciones que debe ser puesto en órbita geoestacionaria.

Esa capacidad hace de la lanzadera china la equivalente del cohete europeo Ariane-5, el estadounidense Delta IC Heavy o el ruso Proton M. Sobre todo, es uno de los eslabones fundamentales del programa espacial chino en 2020 y en adelante.

«El cohete Larga Marcha-5 tiene importantes misiones», aseguró el pasado sábado el director adjunto de la agencia de Administración nacional del espacio, Wu Yanhua.

«Si este vuelo tiene éxito, deberá llevar a cabo varias misiones cruciales, como el lanzamiento de la primera sonda marciana china, de la sonda lunar Chang’e-5 y de un módulo central de la estación espacial habitada», precisó.

– Inversiones y ambiciones –

El régimen comunista ha invertido miles de millones de dólares en su programa espacial para intentar no perder el paso ante Estados Unidos y Europa en este ámbito. China envió a su primer hombre al espacio en 2003.

La conquista del espacio, coordinada por el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas del país, es percibida por Pekín como un símbolo de la nueva potencia de China bajo la égida del Partido Comunista en el poder.

En enero pasado, China se convirtió en el primer país en colocar un artefacto espacial en la cara oculta de la Luna.

China gasta ahora en sus programas espaciales más que Rusia y que Japón. Su presupuesto espacial ha sido evaluado para 2017 en 8.400 millones de dólares por la OCDE.

El gigante asiático ha previsto además instalar una gran estación espacial en órbita que podría estar operativa en torno a 2022. Podría convertirse en la única estación espacial en órbita tras la retirada de la Estación Espacial Internacional ISS, programada para 2024, en la que están asociados Estados Unidos, Rusia, Europa, Japón y Canadá.

Dentro de una década, el país asiático tiene la ambición de enviar a un primer chino a la Luna.

Fuente: AFP