Millones de indios hicieron huelga el miércoles, según los sindicatos, para protestar contra la política gubernamental, generando un verdadero caos en el sector de los transportes.
Esta acción tenía por objeto denunciar lo que los sindicatos califican de política «contra los trabajadores y el pueblo» del primer ministro indio Narendra Modi.

Los sindicatos se proponían, entre otras cosas, denunciar la reciente privatización de empresas públicas y de recursos naturales y exigir un aumento del salario mínimo y de las pensiones.



Los campesinos y los estudiantes se sumaron a las protestas a las que asistieron diez sindicatos que afirmaban representar a un total de 250 millones de personas.

Los manifestantes bloquearon carreteras y vías férreas. En las manifestaciones se gritaban también consignas contra la ley de ciudadanía, percibida como antimusulmana por quienes la denuncian y cuya adopción, el 11 de diciembre, provocó inmensas manifestaciones en todo el país, que causaron al menos 25 muertes.



Los servicios de autobuses y trenes, así como los bancos estatales, fueron los más afectados por el movimiento de huelga nacional, organizado a pesar de las advertencias del gobierno sobre las «consecuencias» a las que se exponían las personas que participaban.

El gobierno amenazó a los huelguistas con retenciones salariales y sanciones disciplinarias.
En el estado de Bengala Occidental, los huelguistas atacaron las vías férreas y las carreteras principales. Quemaron neumáticos en una gran arteria de la capital Calcuta. Los manifestantes ondeaban banderas rojas a través de la megalópolis.

La policía afirmó que se habían producido algunos «enfrentamientos» entre partidarios y opositores de la huelga, tanto en Calcuta como en otras regiones. Los estados de Bihar y Odisha (este), Maharashtra (oeste) Haryana (norte) y Kerala y Karnataka (sur) también se vieron afectados.

Algunos empleados, que trabajaban para empresas estatales en el sector del petróleo y el carbón, se unieron a la huelga. Los partidos de la oposición apoyaron a los huelguistas.
Oposición y sindicatos se oponen al movimiento de privatización emprendido por el gobierno para tratar de frenar la desaceleración económica.

El martes, la Oficina de Estadística del Gobierno anunció que el crecimiento anual disminuiría al 5% en 2020, el más bajo en 11 años.

Fuente: AFP