Los apodos ocupan una parte especial del bagaje cultural dominicano, justo al lado del merengue, el béisbol y del arroz, habichuela y carne. Todos conocen o saben de una persona que tiene un sobrenombre, y en ocasiones solo se le conoce por este.

Tan arraigada está esta costumbre en nuestro país que incluso aspirantes a legisladores y potenciales gobernantes los utilizan como parte de sus campañas políticas.



Tal es el caso de Marcos López, quien participó en este proceso electoral por la posición de regidor por la Circunscripción 3 del Distrito Nacional, y en sus anuncios llevaba el nombre de “La Grasa”.

Otro aspirante a este puesto, José Luis Rodríguez, no solo usa su apodo en propaganda, sino que en sus redes sociales se denomina a sí mismo como “Magneto Regidor”.



“Hochosen” es por la única identificación de Jefferson Joa, quien persiguió la posición de regidor por el pueblo de Santa Cruz, en Barahona.

Fermín Mercedes es uno de los aspirantes con los sobrenombres más llamativos, llevando “Chupa Rabo” como distintivo. Parecido es el caso de Juan Francisco Lora, quien es mejor conocido como “Maca Chicle”.

Otros apodos inusuales

Indica LD que en las pasadas elecciones se hicieron virales a través de las redes sociales varias vallas de candidatos con apodos poco comunes, como Juan “Cun Cun” Hernández; Rafael Hernández, alias Come Solo; Radhamés Espinal, “Sasá”; “Alex Bizcochito”, siendo su nombre de pila Alejandro Pérez; Rafael López, “Cara de santo”, y José Luis Nivar, «Chulo Pelota».