Alan Hattel, de 75 años, se llevó la sorpresa de su vida al encontrar una tumba con su nombre en el cementerio de la ciudad escocesa de Forfar, reporta el portal local The Courier. En la lápida también había otro nombre: el de su exmujer, de la que se separó hace 26 años y con quien tiene dos hijos en común. Ahora está convencido de que fue ella la responsable de la tumba falsa.

El hombre contó a los periodistas que en los últimos meses sus amigos habían dejado de llamarle y había empezado a sospechar que algo extraño debía estar pasando. «La gente piensa que estoy muerto», lamentó.



«Aún estoy vivo», proclamó el escocés, asegurando que «nunca jamás» expresó su voluntad de ser enterrado junto a su exesposa. «Ni siquiera quiero ser enterrado, tengo la intención de que me incineren», señaló.

El medio intentó infructuosamente hablar con la exmujer de Hattel, mientras que el hombre se puso en contacto con las autoridades locales para poder tapar la lápida con su nombre.