Ya es tradición que el tercer fin de semana de enero la Asociación Central Dominicana de los Adventistas del Séptimo Día realice la travesía: La cima de las Antillas. Este año un grupo de 100 personas subieron a la cima de las Antillas, el Pico Duarte, con el objetivo de aprender y conocer una parte de la Cordillera Central en los aspectos físicos, de su flora y fauna, además de sobre las riquezas naturales que ofrece el trayecto y crear conciencia sobre la protección y cuidado del medio ambiente.

Con el lema: “sólo tomar fotos y sólo dejar huellas”, este viaje es una tradición en esta organización, pero por primera vez se alcanza este número de participantes que además de practicar senderismo, conocer la belleza natural del lugar, dar especialidades con relación a la flora y la fauna dominicana, también buscan un acercamiento con Dios.



Esta excursión ha sido todo un ícono que desde 1987 lleva realizando el departamento de jóvenes. En esta ocasión la fecha fue del 16 hasta el 21 de enero donde alrededor de 100 personas iniciaron este gran desafío de más 84 kilómetros entre valles y montañas por la bella comunidad de Mata Grande en San José de las Matas en la provincia de Santiago, subieron hasta la altura de 3,087 metros que registra el Pico Duarte y su gemela La Pelona terminando así en la Ciénaga de Manabao en Jarabacoa provincial de La Vega.



La razón por la que la iglesia Adventista hace esta travesía a principio de cada año es entre otras cosas, llevar la mente de los jóvenes y adultos a lo elemental y edificante de vivir por varios días en medio de la naturaleza, es devolver la salud por medio del ejercicio físico, es poner la mente en contacto con quien creo y sostiene la naturaleza, es aprender lecciones de compañerismo, liderazgo y supervivencia, es alejarse del bullicio de la gran ciudad y adquirir respeto por el medio ambiente.