El ministro panameño de Seguridad, Rolando Mirones, renunció a su cargo este miércoles tras una nueva fuga protagonizada por un dominicano que estaba encarcelado por el asesinato de cinco jóvenes.

El presidente, Laurentino Cortizo, destituyó también al ministro de Gobierno, Carlos Romero, a cargo del sistema penitenciario, cuestionado por la fuga del dominicano Gilberto Ventura Ceballos, quien cumplía una condena de 50 años por un asesinato múltiple.



«El ministro de Seguridad Pública presentó su renuncia, la cual acepté», dijo el mandatario en un mensaje a la nación.



«Además he dispuesto del cargo de ministro de Gobierno, el cual será designado en los próximos días», añadió Cortizo.

Ventura fue condenado en julio de 2018, junto a otro dominicano y dos panameños, por matar entre 2010 y 2011 a cinco jóvenes panameños de ascendencia china, a los que secuestraron, asesinaron y enterraron en una casa para luego pedir rescate.

En 2011, Ventura fue detenido en República Dominicana y extraditado a Panamá, pero escapó el 28 de diciembre de 2016. Estuvo prófugo hasta el 22 de septiembre de 2017, cuando fue capturado en Costa Rica y entregado a Panamá.

El ministro Mirones anunció el despido de varios policías que «posiblemente hayan colaborado» en la fuga del dominicano de la cárcel La Nueva Joya, 40 kilómetros al este de Ciudad de Panamá.

Cortizo pidió dar de baja a los agentes presuntamente implicados porque «traicionaron a su institución, a sus compañeros y al país».

Mirones será sustituido por el comisionado Juan Pino, quien fungía como director del Servicio Nacional Aeronaval, mientras que el nuevo ministro de Gobierno será anunciado en los próximos días.

La policía aumentó la recompensa de 30.000 a 50.000 dólares para quien dé alguna pista del paradero de Ventura, y pidió a Interpol emitir una alerta naranja (peligro inminente para la seguridad pública), que ha sido distribuida a 194 países.

En diciembre otro escándalo salpicó el sistema de prisiones panameño, cuando 14 presos murieron y más de 10 resultaron heridos tras enfrentarse a tiros con armas de guerra en un centro penitenciario.

Tras el incidente, la policía se incautó de ocho armas de fuego, entre ellas tres fusiles AK-47.