A pesar de todas las noticias y pronósticos sobre el coronavirus siento paz, mucha, no deja de preocuparme el hecho de que la situación pueda tomar una dimensión mayor, pero habrá una solución que permitirá al mundo continuar su ritmo habitual, es simplemente una pausa para retomar nuestro enfoque en la vida, nuestra familia y el lugar que ocupa Dios.
No permitamos que muera la fé, en estas circunstancias es cuando más debemos demostrar que somos parte de una obra divina.