El uruguayo Luis Almagro, un fuerte crítico de la Venezuela de Nicolás Maduro y la Cuba castrista, fue reelegido el viernes como secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) hasta 2025, en una votación marcada por la pandemia de COVID-19.

La candidatura de Almagro, que contaba con el decidido respaldo del gobierno estadounidense de Donald Trump, cosechó 23 votos frente a los 10 de su única competidora, la excanciller ecuatoriana María Fernanda Espinosa, logrando la requerida mayoría de apoyos de los 34 miembros activos de la organización, todos presentes excepto Dominica.



La votación se llevó a cabo en una asamblea general extraordinaria en la sede de la OEA en Washington bajo estrictas medidas de seguridad por la crisis sanitaria. Ninguno de los cancilleres de los países estuvo presente dado las restricciones de viaje para evitar la propagación del nuevo coronavirus.



Los representantes de cada Estado miembro, muchos de los cuales llevaban tapabocas y guantes, estaban sentados distantes entre sí en una sala especialmente acondicionada para la reunión, según se pudo ver en la trasmisión por internet.

El mandato de Almagro, un diplomático de 56 años sin pelos en la lengua para denunciar la «dictadura cubana», abogar por la salida del poder de Maduro y pedir elecciones anticipadas en la Nicaragua de Daniel Ortega, fue renovado por votación secreta.

Su postulación, presentada por Colombia, contaba con el respaldo declarado de Brasil, Bolivia, Costa Rica, Chile, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Haití, Panamá, Paraguay, Uruguay, y Venezuela (representada por el delegado del líder opositor venezolano Juan Guaidó).

El excanciller uruguayo, que encabeza la OEA desde 2015, agradeció el apoyo y prometió seguir siendo el secretario general «de 34 estados miembros».

«Mi autoridad emana de vosotros, como hoy, y ella cesa ante vuestra presencia soberana», dijo en un breve mensaje al reingresar a la sala tras la votación, citando una famosa frase del prócer uruguayo José Artigas de hace más de 200 años.

El jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, lo felicitó en Twitter, al igual que Guaidó, el canciller brasileño, Ernesto Araújo, y el ministro de Exteriores de Canadá, François-Philippe Champagne.

Perú, que el lunes retiró la candidatura a la secretaría general del embajador Hugo de Zela, también anunció su «apoyo pleno en esta nueva etapa» en la OEA.

En la sesión fue reelecto además por aclamación el actual secretario general adjunto de la OEA, Nestor Mendez, un diplomático de Belice de 49 años, único candidato al cargo.

– «Propuesta alternativa» –

Espinosa, quien aspiraba a ser la primera mujer líder al frente de la OEA y prometía trabajar para «cicatrizar la polarización» que a su juicio existe en el bloque regional, dijo a la AFP que no acudió a la cita debido a las disposiciones de la ciudad de Nueva York, donde reside.

Cercana a gobiernos de izquierda en la región, la excanciller ecuatoriana y expresidenta de la Asamblea General de la ONU, destacó en un mensaje en Twitter los votos obtenidos como una prueba de que en el continente hay una «propuesta alternativa» a la de Almagro.

«Ahora más que nunca debemos insistir en la necesidad imperiosa del apego a la legalidad, del respeto al derecho internacional, de la adhesión al multilateralismo y al diálogo constructivo y respetuoso. El otro escenario sería la discrecionalidad, la imposición, la arbitrariedad y el unilateralismo», señaló.

La diplomática de 55 años fue postulada por Antigua y Barbuda y San Vicente y las Granadinas, países cercanos a Maduro, y había recibido un fuerte apoyo de México y Argentina.

Las representantes de ambos países pidieron la palabra tan pronto se conoció la victoria de Almagro, deplorando su reelección y acusándolo de «conducción parcial» y de volver a la OEA un organismo «menos relevante», incapaz de ofrecer soluciones efectivas.

«Hoy la OEA no celebra nada, excepto el triunfo de las malas prácticas democráticas», dijo la embajadora mexicana Luz Elena Baños, quien antes cuestionó las credenciales del representante de Venezuela, designado por la Asamblea Nacional encabezada por Guaidó.

La cita del viernes en la OEA estuvo en jaque luego de que la mitad de los miembros de la organización pidiera esta semana su postergación debido a la emergencia sanitaria.

El planteo inicial fue hecho por trece integrantes de la Comunidad del Caribe (Caricom) -Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Jamaica, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Trinidad y Tobago-, a los que se sumaron Argentina, México, Nicaragua y República Dominicana.

La postergación de la votación del viernes, para lo cual era necesario el apoyo de dos tercios de los Estados miembros, nunca llegó sin embargo a considerarse.