Con numerosas cosechas a la vuelta de la esquina, el gobierno de España anunció este martes que favorecerá la contratación de desempleados y de extranjeros para garantizar la mano de obra agrícola, amenazada por el cierre de fronteras inducido por el coronavirus.

En España se avecina la recogida de fruta de hueso, dependiente como cada año de miles de temporeros venidos del extranjero. Al mismo tiempo continúa la de la fresa en la provincia de Huelva (sur), que en este momento del año representa más del 90% del mercado europeo.



Una disponibilidad «claramente restringida» ahora, a causa de los cierres de frontera y las limitaciones de movimientos para combatir la pandemia, como reconoció el ministro de Agricultura, Luis Planas, tras el consejo de ministros.

Por ello, el ejecutivo de Pedro Sánchez aprobó este martes un real decreto-ley con el que garantizar hasta el 30 de junio la mano de obra necesaria en el campo, y estimada por el ministro en «aproximadamente entre 75.000 y 80.000 trabajadores».



El decreto-ley facilita la contratación de parados -cuyas tareas serán compatibles con distintas prestaciones por desempleo-, y de extranjeros «residentes legalmente en España», dijo Planas. Si el permiso de trabajo de estos expirara antes del 30 de junio, «se les renovará».

Igualmente, la medida apunta a «jóvenes extranjeros de 18 a 21 años, a los cuales se podrá facilitar el permiso de trabajo para que puedan incorporarse a estas tareas».

El ministro señaló que, para cumplir con las restricciones de movimientos vigentes en España desde el 14 de marzo, las contrataciones se harán en el mismo municipio o municipios vecinos.

La semana pasada, el gobierno anunció precisamente que se destinarán 236 millones de euros a los ayuntamientos de siete regiones, para ayudarlos a contratar personal agrario.

Planas aseguró que hasta ahora el suministro está siendo «regular en calidad y en cantidad de alimentos», pero avisó de que «si no se efectuara esa recogida de productos» que se aproxima, «disminuiría el abastecimiento a los mercados» y aumentarían los precios en consecuencia.

Igualmente dijo que la urgencia viene de garantizar los ingresos de las exportaciones agrícolas españolas, que están llegando, dijo, «con normalidad».

«Dos tercios de nuestra producción va a los mercados europeos», y esas exportaciones «son una fuente de renta muy importante para nuestro sector agrario», expuso.

El ministro comentó que, después de la acumulación de comida de los hogares españoles en la primera semana de confinamiento, ahora hay «normalidad en las compras», aunque con algunas particularidades.

«Se ha multiplicado por cuatro el consumo de harina», lo cual es indicativo de que en los domicilios se está haciendo mucha repostería y mucho pan, apostilló.